“Ahora toca Andalucía”. Susana Díaz ha repetido esa máxima en los últimos días en el particular salto hacia adelante que se ha visto obligada a emprender una vez masticada la dolorosa derrota que le infligió Pedro Sánchez en la ya maldita noche de Ferraz. La estrategia de compaginar Junta de Andalucía y Secretaría General del PSOE saltó por los aires el día 21 y la consigna es pasar página cuanto antes, reforzar su imagen institucional y parapetarse tras la trinchera de San Telmo, el único fortín (que no es menor) que le queda para seguir militando en el pelotón de cabeza de la política nacional. De reojo sigue vigilando cómo se dirimirá el poder del Congreso Federal de junio, pero aquellos 12.000 kilómetros pateando federaciones territoriales en un solo mes en busca de votos es capítulo enterrado. Andalucía es ya el único plato del menú.
El “ahora” quizás incluya el mensaje encriptado de que toca acelerar lo que se descuidó “antes”, cuando lo urgente era batallar por el poder orgánico nacional. Desposeída ya de sus ambiciones más allá de Despeñaperros, Susana Díaz ha ordenado a los suyos desempolvar todo lo que en los últimos meses relegó al desván. Su portavoz ya desveló el martes que el debate semestral que le había exigido la oposición sin respuesta desde hace semanas será el 7 y 8 de junio. Este miércoles la presidenta tiró de más gestos para alimentar esa frenética carrera del “ahora”.
En apenas hora y media dos citas de calado. La primera en San Telmo con Juan Marín, el líder de Cs que el lunes, apenas 12 horas después de la derrota de Díaz, compareció en la sede de su partido para volver a advertirle de que si no reanimaba parte de los compromisos firmados en 2015 tendría que buscarse nuevos aliados. La amenaza se escuchaba desde marzo, cuando se cumplió el segundo aniversario de las últimas autonómicas, pero el PSOE se había aferrado a que la cúpula de Ciudadanos, en su táctica de paso adelante y paso atrás, en el fondo alababa que se hubiera cumplido parte de ese acuerdo. En tres días el guión giraba y donde no había urgencias ayer todo eran prisas para que la foto de Díaz y Marín en San Telmo transmitiese cordialidad y, ante todo, el mensaje de estabilidad.
Tanto ha cambiado el paisaje tras la derrota de las primarias que las espadas quedan envainadas. Ni Cs habla ya de retirar apoyos ni Díaz da largas a su sostén parlamentario. “Cumpliremos porque somos de fiar”, le transmitió la presidenta a un Marín que acudió San Telmo “sin ánimo de hacer sangre”. De la reunión se marchó arrancando compromisos que el Gobierno regional le había regateado en los últimos meses, como aprobar en lo que queda de legislatura la supresión de aforamientos, algo que hasta hace días la Junta prefería condicionar a un debate nacional y además consideraba “de gran calado” porque obliga a una modificación del Estatuto de Autonomía. También logra Cs reactivar la reforma de la ley electoral andaluza y el grupo de trabajo para la rebaja del IRPF, que se reunirá el 14 de junio. E incluso Marín citó una reforma de la RTVA que el PSOE desmintió. Todo eso de una tacada.
Aplausos de los suyos
Necesitada de la complicidad de los suyos tras el duro varapalo del domingo, Díaz recorrió en coche oficial Sevilla y se plantó en el Parlamento para colocarse delante de todo su grupo. La recibieron de pie y con aplausos. “Sentarse, sentarse ya”, tuvo que reclamar a sus 46 compañeros de bancada. A ellos, en una intervención pública de apenas un cuarto de hora, les transmitió la consigna del “ahora Andalucía”, resumida en que hay que “redoblar esfuerzos” en la gestión de la comunidad y en brindar apoyos a Pedro Sánchez. Y de soslayo otro latiguillo: “en lo que queda de legislatura”. Hasta hace poco se especulaba con su relevo en la Junta y elecciones...
Batalla agrupación por agrupación
Los cónclaves provinciales de este fin de semana se prevén movidos. El PSOE-A no acepta la oferta sanchista de que en el reparto de los 255 delegados que vayan al Comité Federal se respete el esquema de fuerzas de las primarias. Gómez de Celis, brazo fuerte de Sánchez en Andalucía, pedía que cundiera el ejemplo del acuerdo en su agrupación, la sevillana de Nervión-San Pablo, donde sí se ha acordado una representación acorde al resultado de las urnas del domingo.
