Explosiva declaración de Felipe Benjumea, expresidente de Abengoa durante 25 años desde 1991 hasta septiembre de 2015, en el juicio oral que dirime si él y el exconsejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, cometieron administración desleal al cobrar 11,4 y 4,4 millones, respectivamente. El directivo sevillano aseguró que su salida de la empresa, que motivó el cobro de esa cantidad según el contrato mercantil firmado en febrero de 2015 que incluía esas indemnizaciones, estuvo determinada por la presión de Banco Santander.
Benjumea detalló al fiscal José Perals, que ha pedido para él 5 años de cárcel por percibir esa indemnización poco antes de la declaración de preconcurso, cómo salió de la empresa y
defendió que tuvo que dimitir obligado por Banco Santander. Ello permitió que, de acuerdo a su contrato, cobrara 7 millones al ser despedido y otros 4,4 como pacto de no competencia postcontractual. Benjumea coincidió con Sánchez Ortega al criticar ese contrato mercantil que firmó ya que suponía que, en caso de ser despedido, cobraría menos de lo que le correspondía según el Estatuto de los Trabajadores por trabar en Abengoa desde 1983: "Hubiera percibido 14,9 millones por despido improcedente", señaló según un cáclulo elaborado por él mismo. En cualquier caso, Benjumea cobró en total en el año 2015 casi 16 millone de euros (15,6 millones, su salario hasta el 23 de septiembre más las indemnizaciones por su despido)
Según su relato, tras haber hecho todo su trabajo entre inicios de agosto y mediados de septiembre para poder ampliar capital por 650 millones, se produjo un cambio en las exigencias que Santander había manifestado para poder apoyar esa ampliación. "El cambio viene el día 14, cuando se preveía firmar el contrato (de aseguramiento de la ampliación con los bancos) por la mañana. Le cita el presidente de Banco Santander, Rodrigo Echenique, a Antonio Fornieles, entonces consejero coordinador del consejo de Abengoa.
Y le dice que mi salida del consejo es condición innegociable para firmar ese aseguramiento. Fornieles me comunica esta condición, que nos ofende a todos. Se reúnen los miembros del consejo, sin mi presencia, y mi salida era algo gravísimo para la marcha de la compañía. Y a ello se añade que Santiago Seage, consejero delegado de Abengoa, asegura que el HSBC dice que Santander no había comentado con ellos esa condición, que el contrato se firmó conmigo como presidente, y que no iba a firmar. Y se cae la operación".
"Si no te vas no firmamos"
Y prosiguió, cargando las tintas sobre el que calificó como "papel decisivo de Santander sobre lo que decidió el consejo de Abengoa", el histórico banco de confianza de Abengoa y que al declararse el preconcurso era el segundo mayor acreedor, con 1.500 millones de pasivo. "Abengoa empieza a perder liquidez tras no salir la ampliación, empiezan a cancelársele líneas de liquidez. Rodrigo Echenique me llamó a final de esa semana, más cerca del 23 y me dijo: "Tú te vas del consejo, y si no no se firma (la segunda propuesta de aseguramiento de la ampliación). Y nombras a Javier Monzón (en ese momento presidente ejecutivo de Indra)".
Y le dije que no me iba, que iba a tratar de asegurar la ampliación y que no iba a hacer presidente a Javier Monzón, que no es la persona adecuada ni muchísimo menos porque ha sido un gran competidor de Abengoa. Entonces Echenique me dijo que retiraba esa propuesta y que se pusiera de presidente a alguien de la casa entonces".
Criticó a continuación duramente lo que calificó como "comportamiento poco riguroso" del banco con Abengoa: "A 30 de junio de 2015, Santander aprobó todas las operaciones de riesgo. Y en julio concede a Abengoa 270 millones. Y en junio, Santander estaba recomendando comprar acciones a más de 4 euros. Y a primeros de agosto, Echenique nos da apoyo para la ampliación. Y en septiembre concreta que tomaría 200 millones de la ampliación de capital. Y por eso
nos pareció un cambio poco riguroso, por la presencia multinacional y el volumen de plantilla de Abengoa. No es riguroso exigir una cláusula previamente no comunicada y de ese calibre".
La segunda propuesta de ampliación de capital, tras no salir la primera, se llevó al consejo de administración el 23 de septiembre de 2015. "Del 14/09 al 23/09, la comisión de nombramientos y retribuciones hace lo que tiene que hacer, prever la sucesión del presidente y prepara todo para el día 23. Ese día se iba a firmar el nuevo contrato de aseguramiento y la línea de liquidez no prevista el día 14 por 120 millones. Nos enteramos ese día de que se mantenía la condición de mi salida porque representantes de los tres bancos (HSBC, Santander y Crédit Agricole) nos dicen: O sale el secretario del consejo y confirma mi salida, o no se firma nada.
La condición estaba otra vez encima de la mesa".
"El consejo no tiene capacidad de elección: o no me despide y no firma y vamos a un proceso de reestructuración financiera; o me despide y soluciona el problema de liquidez. Es una decisión no voluntaria pero en beneficio de la empresa. Y ese día, al firmarse el aseguramiento, eso supone que los bancos están avalando que Abengoa está bien".
¿Por qué esa condición no aparece en la documentación encontes?, inquirió el fiscal Perals. "No plasman la condición porque no parece muy confesable, no parece normal que un banco se entrometa en la gestión interna de una empresa.
No hay ningún precedente de que se cambie al presidente de una empresa en medio de una ampliación de capital. Santander sólo dijo que había perdido la confianza en mí y que no tenía más explicaciones que darme. Exigían que dejara la presidencia ejecutiva y saliera del consejo, las dos cuestiones", contestó el expresidente.
"Era el máximo accionista y lo he perdido todo"
Prosiguió Benjumea su línea de responsabilizar a Santander de lo ocurrido con su salida y el devenir posterior de la empresa. "No quiero decir la palabra chantaje, pero el consejo de administración del día 23 tuvo que decidir y eran lentejas. Yo hice un servicio por el bien de la sociedad. Pero yo creía que era muy malo para una sociedad cotizada hacer dimitir al presidente en medio de una ampliación. El consejo me despidió creyendo que los bancos iban a cumplir su compromiso.
Era el primer accionista y mis acciones valían 60 millones y hoy lo he perdido todo. Han salido miles de personas, y hasta que yo estuve no se despedía a nadie. Se han cargado la empresa", detalló con amargura en la voz. Felipe Benjumea recibió la responsabilidad de dirigir la empresa, junto a su hermano Javier, de su padre y fundador en 1991.
"Estaba completamente hundido tras dejar la presidencia", añadió luego a preguntas de una de las acusaciones. "Mi propia secretaria me preguntó si estaba seguro de que quería firmar mi carta de renuncia, y le contesté que sí, que no me quedaba más remedio", abundó.
También aclaró cómo quedó vinculado a la empresa tras salir de ella. "Todos queríamos que saliera la ampliación. Abengoa no podía perder el track record tras la salida del CEO y el presidente. No volví a cobrar nada de Abengoa tras el 23 de septiembre. Y me mantuve en la empresa como asesor prestando servicios hasta final de febrero. Hicimos una transición a semejanza de la de Sánchez Ortega. Había salido de la línea ejecutiva, e iba cuando me llamaban. La empresa estaba en una crisis total y queríamos darle continuidad.
No cobré nada como asesor porque la facturación era trimestral, y a la fecha de emitir la primera factura estaba Abengoa ya en preconcurso y me pareció mal cobrar nada".
"Echenique se quedó lívido"
Esa segunda propuesta de ampliación, aprobada el 23 por el consejo junto a su dimisión, tampoco salió adelante: "No se cumple porque a los pocos días de irme se desploma la acción de Abengoa Yield y eso nos obliga a consumir liquidez, y nos quedamos por debajo del umbral técnico de liquidez que exigen los bancos para asegurar la operación. Tras aprobarse la operación en la junta de accionistas de octubre, no se recibe demanda de acciones de Abengoa, no hubo road show como tal y la operación no sale. No hay interés en acciones de Abengoa".
Benjumea relata así los últimos momentos de Abengoa antes de acogerse a preconcurso. "Echenique me llama a final de octubre y me dice que ha negociado con Gonvarri que cubra la mayoría de la ampliación y que como presidente de IC (el entonces accionista de control de Abengoa) negocie con Jon Riberas (presidente de Gonvarri) para cederle el control de Abengoa a Gonvarri. IC, pese a que sufría un perjuicio grande, aceptó y firmó todo. Pero, mientras, los bancos seguían cancelando líneas de liquidez por unos 1.000 millones. Y Gonvarri exigió que le repusieran la liquidez antes de hacer la ampliación. Y no se la reponen. Y el 24 de noviembre, Domínguez Abascal (entonces hombre de confianza de Benjumea y su sucesor en la presidencia tras salir el día 23 de septiembre) y yo mismo fuimos al despacho de Rodrigo Echenique. Le dije que había fracasado lo de Gonvarri y
le pregunté si tenía otra idea brillante para salvar Abengoa. Y se quedó lívido sin contestar y al día siguiente Abengoa presentó preconcurso".