Los sindicatos estiman que la carencia de camas comporta otras dos consecuencias importantes. La primera de ellas sería el incremento “notorio” del tiempo de estancia media de los pacientes en el área de observación. “Si durante todo el año lo habitual es que un paciente pendiente de ingreso no permanezca en esta sala más de 24 horas, en la actualidad, por el contrario, lo habitual resulta permanecer más de 24 y hasta 48 horas a la espera de que surja una cama en la que poder ingresar”.
La segunda consecuencia sería que los pacientes que deben ingresar en esta zona y no pueden hacerlo son atendidos en la sala de espera general, “donde no hay vigilancia sanitaria permanente, ni intimidad, ni las más mínimas condiciones generales para este tipo de estancias”. Incluso ha habido casos en que pacientes adultos han sido ingresados en habitaciones de Pediatría.
Por todo ello, Autonomía Obrera y CGT denuncian esta “insostenible situación” y exigen que “con carácter de urgencia se proceda a resolver las obras y reabrir, al menos, uno de los controles cerrados para, de ese modo, incrementar la capacidad de ingresos y paliar la grave saturación que padece el Servicio de Urgencias General”.