Los multimillonarios negocios-pelotazos inmobiliarios de Kutxabank-Neinor-Lone Star, con los “activos tóxicos” de la quebrada Cajasur de la Iglesia Católica, son la continuación del “negocio” de la quiebra, presuntamente fraudulenta, de dicha entidad financiera.
Los curas-banqueros cordobeses y, muy especialmente el que fuera teórica y prácticamente su dueño y señor durante 30 años, Miguel Castillejo Gorráiz, dirigido por el Vaticano y con la complicidad de todo el poder político-sindical, y de todas las fuerzas vivas de Córdoba, dejaron en la entidad un agujero de 3.000 millones de euros, arruinando así la ciudad entera, para varias generaciones.
Porque Córdoba era sola y exclusivamente Cajasur, ya que la la Iglesia no permitió vida alguna fuera de ella, e impuso una omertá, pura y auténticamente dictatorial
El cura Castillejo y otros, entraron pobres en una pequeña Caja rica, y salieron inmensamente ricos, de una gran Caja más que pobre, arruinada.
Lo del Banco Ambrosiano y Marcinkus fue un sainete al lado de lo de Cajasur.
El Banco de España, que ejerció mucho más de órgano colaborador, que de órgano supervisor, declaró secretas las actas de inspección de la etapa del cura Castillejo, para taparlo todo, en lugar de llevarlas al juzgado de guardia, como era su obligación. ¿Eso no es prevaricación?
Nadie se sentó en el banquillo y todo quedó impune.
Cajasur acaparó con sus socios constructores-promotores todo el negocio inmobiliario de Córdoba y buena parte de Andalucía, de donde proceden todos esos “activos tóxicos” que están dando unos rendimientos multimillonarios a sus actuales propietarios los vascos de kutxabank.
Es decir, que el agujero de la Cajasur clerical lo pagó el pueblo; y los rendimientos especulativos de los inmuebles, se los están llevando calentito otros, o quizás los mismos, disfrazados.
* Rafael Bueno es extrabajador de Cajasur y denunció ante el juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, que dirigía entonces Mercedes Alaya, la presunta ilegalidad de un ERE llevado a cabo en el año 2000 en la extinta entidad cuando la presidía Miguel Castillejo al considerar que se tramitó con la caja teniendo beneficios, es decir, sin cumplir el requisito de que la empresa hubiera entrado en pérdidas.