En la sentencia, el juez especifica como hechos probados que el acusado convivía con la víctima desde hacía más de dos años en el domicilio de los padres de ella, localizado en la capital jienense. El joven, Kamal O.G., tiene problemas con el consumo de sustancias estupefacientes.
El juez afirma en su sentencia que es “frecuente” que el procesado la agreda con “fuertes puñetazos y patadas”, tirándola al suelo, arrastrándola del pelo o lanzándole objetos.
Entre otros hechos, expone que el 1 de abril del pasado año el procesado levantó a la mujer de una silla “por la fuerza”, estrellándole dos vasos a la vez en la cabeza. Unos meses después, entró en su vivienda y le registró la habitación.
El juzgado, por tanto, ha condenado al joven por un delito de malos tratos habituales, allanamiento de morada y robo con violencia a cuatro años y tres meses de prisión.