El acto de presentación del acuerdo, que además contempla la colaboración de ambas partes en diversos proyectos deportivos y sociales, se hará el próximo lunes 9 de noviembre a las 12.30 horas en el Palacio de Congresos de Barcelona.
Cruyff se convierte, de este modo, en el sustituto de Pere Gratacòs, quien dirigió, como seleccionador catalán, seis partidos en los últimos tres años.
El presidente de la Federación Catalana de Fútbol (FCF), Jordi Casals, confirmó que Cruyff ocupará el cargo sin recibir ningún tipo de contraprestación económica.
“Es un cargo que no está retribuido, yo se lo agradezco muchísimo, y el fútbol catalán y Cataluña creo que tienen sentirse orgullosos”, comentó Casals, que explicó que así satisface uno de los compromisos que llevaba en su campaña electoral de tener “un seleccionador que fuera noticia mundial”.
Casals explicó que en la rueda de prensa del 9 de noviembre a las 12.30 horas en el Palacio de Congresos de Barcelona explicará los detalles del contrato firmado con Cruyff, pero ha avanzado algunas pinceladas como que la firma contempla acuerdos con la fundación del holandés.
“Tenemos el compromiso, o él con nosotros, de colaborar con su fundación. Él de asesoramiento del fútbol, y también del tema social que está desarrollando a través de su fundación”, explicó el presidente del organismo catalán.
Casals detalló que el acuerdo con el holandés, que volverá a dirigir un banquillo trece años después de su etapa en el Barcelona, se cerró hace un mes y medio, pero que sólo se ha confirmado cuando ha sido “definitivo”.
El presidente de la federación catalana ha resaltado el impacto mundial que ya ha tenido la noticia y ha avanzado que el próximo compromiso de la selecció será el 22 ó 23 de diciembre contra un rival aún por determinar. Asimismo, Casals señaló que no le preocupa “en absoluto” que el técnico no hable catalán, sino que la selección catalana sea conocida “en todo el mundo”.
Así, Cruyff volverá a entrenar a un grupo de futbolistas de elite, aunque sea una o dos veces al año, y a sentarse en un banquillo al día siguiente para dirigirlos en un partido, aunque el mismo no sea oficial.
