El Colegio de Médicos no hablará hasta que acabe la investigación
Una Comisión Deontológica velará por los derechos de los pacientes que quieran denunciar
La Fiscalía indaga si la práctica médica de Cristóbal Padrón es legal o no
Este hombre entrará en prisión para cumplir una pena de cuatro años y nueve meses
“Está en curso una investigación judicial y el Colegio Oficial de Médicos de Cádiz tiene la costumbre de inhibirse mientras esté abierto el proceso”. Aún así, se pone a disposición de los pacientes que quisieran poner alguna reclamación tras haber sido atendidos por Cristóbal Padrón Pedroso, puesto que dentro de la organización médica colegial existe una Comisión Deontológica que se encarga de velar por la buena práctica de los profesionales en la atención a los pacientes que tratan.
Sobre este ciudadano de origen cubano, que actualmente se encuentra en la unidad de Psiquiatría del Hospital de Jerez tras sufrir un supuesto cuadro de ansiedad en pleno juicio, ya recae una pena de cuatro años y nueve meses por un delito de violencia habitual, otro de malos tratos en el ámbito de la violencia de género y otro de detención ilegal.
Al margen de la citada condena, también está siendo investigado por la Fiscalía, ya que fuentes judiciales aclaran que desde hace tiempo también recaen sobre él ciertas sospechas sobre si su práctica médica -llevaba años pasando consulta en la entreplanta del bloque 12 del Parque Atlántico- es legal o no. Además, también se están llevando a cabo diferentes pesquisas sobre si su titulación tenía validez en España, así que también podría incurrir en un delito de intrusismo profesional, si así lo dictaminase la Justicia.
Este supuesto doctor era famoso en la ciudad por su trato, especialmente agradable, y sus masajes terapéuticos e incluso prescribía medicamentos a sus pacientes, sometiéndoles a diferentes tratamientos (inyectaba a los pacientes durante las sesiones de masaje), una cuestión que ahora está siendo investigada por las autoridades pertinentes. De hecho, a su última víctima de violencia de género, la conoció en una de sus consultas, cuando ella recurrió a él para que solventar un problema psicológico, una especialidad que, según narró en su día su pareja, también llegó a practicar.
Fuentes fidedignas también aseguraron a este medio que Cristóbal Padrón Pedroso ha mantenido cierta vinculación con laboratorios médicos de la ciudad e incluso diferentes fuentes apuntan a que incluso llegó a trabajar en Los Ángeles Nocturnos de Jerez, algo que también está siendo estudiado.
De medicamentos a productos naturales
Además de pasar consulta de forma altruista a algunos de sus pacientes, Cristóbal Padrón Pedroso trabajaba como médico en la entreplanta del bloque 12 del Parque Atlántico -cuya puerta carece de placa o identificativo-, siendo calificado por la mayoría de las personas que le conocían como una persona “ejemplar” y “muy educada”. Tras la primera consulta (por la que solía cobrar 50 euros, que en las próximas visitas reducía hasta los 30 euros) y, según las distintas declaraciones que han hecho los pacientes que por allí pasaron y que prefieren mantenerse en el anonimato, trabajaba como fisioterapeuta, por lo que practicaba masajes e inyectaba medicamentos. Además, con él trabajaba una mujer que era la que se encargaba de coger las citas. Al parecer, los días previos a su detención, de su consulta desaparecieron todos los supuestos títulos que tenía expuestos, dejando otros en su lugar ajenos a la profesión médica.
Asimismo, cambió los medicamentos que exponía en una vitrina por productos naturales. Uno de sus pacientes incluso llegó a decir que “me recetó Espidifen (analgésico) cuando yo ya le había dicho que estaba tomando Sintrom (anticoagulante), por lo que me di cuenta que no era médico. Cualquier profesional de la medicina sabe que yo sólo puedo tomar paracetamol”.
Sobre este ciudadano de origen cubano, que actualmente se encuentra en la unidad de Psiquiatría del Hospital de Jerez tras sufrir un supuesto cuadro de ansiedad en pleno juicio, ya recae una pena de cuatro años y nueve meses por un delito de violencia habitual, otro de malos tratos en el ámbito de la violencia de género y otro de detención ilegal.
Al margen de la citada condena, también está siendo investigado por la Fiscalía, ya que fuentes judiciales aclaran que desde hace tiempo también recaen sobre él ciertas sospechas sobre si su práctica médica -llevaba años pasando consulta en la entreplanta del bloque 12 del Parque Atlántico- es legal o no. Además, también se están llevando a cabo diferentes pesquisas sobre si su titulación tenía validez en España, así que también podría incurrir en un delito de intrusismo profesional, si así lo dictaminase la Justicia.
Este supuesto doctor era famoso en la ciudad por su trato, especialmente agradable, y sus masajes terapéuticos e incluso prescribía medicamentos a sus pacientes, sometiéndoles a diferentes tratamientos (inyectaba a los pacientes durante las sesiones de masaje), una cuestión que ahora está siendo investigada por las autoridades pertinentes. De hecho, a su última víctima de violencia de género, la conoció en una de sus consultas, cuando ella recurrió a él para que solventar un problema psicológico, una especialidad que, según narró en su día su pareja, también llegó a practicar.
Fuentes fidedignas también aseguraron a este medio que Cristóbal Padrón Pedroso ha mantenido cierta vinculación con laboratorios médicos de la ciudad e incluso diferentes fuentes apuntan a que incluso llegó a trabajar en Los Ángeles Nocturnos de Jerez, algo que también está siendo estudiado.
De medicamentos a productos naturales
Además de pasar consulta de forma altruista a algunos de sus pacientes, Cristóbal Padrón Pedroso trabajaba como médico en la entreplanta del bloque 12 del Parque Atlántico -cuya puerta carece de placa o identificativo-, siendo calificado por la mayoría de las personas que le conocían como una persona “ejemplar” y “muy educada”. Tras la primera consulta (por la que solía cobrar 50 euros, que en las próximas visitas reducía hasta los 30 euros) y, según las distintas declaraciones que han hecho los pacientes que por allí pasaron y que prefieren mantenerse en el anonimato, trabajaba como fisioterapeuta, por lo que practicaba masajes e inyectaba medicamentos. Además, con él trabajaba una mujer que era la que se encargaba de coger las citas. Al parecer, los días previos a su detención, de su consulta desaparecieron todos los supuestos títulos que tenía expuestos, dejando otros en su lugar ajenos a la profesión médica.
Asimismo, cambió los medicamentos que exponía en una vitrina por productos naturales. Uno de sus pacientes incluso llegó a decir que “me recetó Espidifen (analgésico) cuando yo ya le había dicho que estaba tomando Sintrom (anticoagulante), por lo que me di cuenta que no era médico. Cualquier profesional de la medicina sabe que yo sólo puedo tomar paracetamol”.
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