?En el imaginario colectivo sigo siendo el alcalde?
Hace dos años y medio que probó el sabor amargo de la derrota. Dice que ha reflexionado, y apunta que volverá a dar guerra. Como adelanto, critica la gestión del Gobierno actual, y no deja títere con cabeza. Es Pedro Pacheco en estado puro
—Han pasado dos años y medio desde que dejó su acta de concejal. ¿Cómo es el día a día de Pedro Pacheco en la actualidad?
—Me va muy bien. Después de las últimas elecciones yo di un paso al lado, ni detrás ni adelante, he resuelto problemas laborales que tenía, de consolidación de mi estatus laboral, y ahora estoy disfrutando -no sé por cuánto tiempo- de la bondad de una jubilación. Mientras, estoy un poco estupefacto al ver lo que está ocurriendo en nuestra ciudad. Creo que son momentos muy malos, que requieren respuestas políticas, y no las veo. En resumen, laboralmente estoy jubilado, pero políticamente no (risas).
—¿Cómo se ven los toros desde la barrera?
—Bueno, yo no sé si estoy en la barrera, a veces en el ruedo o detrás de los caballos que pican. Pero lo que estoy es muy preocupado por los pasos atrás que está dando la ciudad, a pasos gigantescos. La situación es dramática. No existe una clase política, ni preparada ni eficiente, no existen objetivos. Existe también una actitud que es preocupante, acomodaticia, por parte de distintos sectores sociales. A mi me quitan un poco el sueño los casi 30.000 parados que estamos soportando hoy en la ciudad. Es un drama que debe ser asumido y sentido por la gente sensata, pero en el Gobierno, si es que hay un Gobierno local, yo creo que pasan totalmente de todo. Esos 30.000 parados que vamos a tener en diciembre es un drama de tal magnitud que obligaría a una especie de pacto político social, y trabajar 24 horas al día, con propuestas para paliar ese drama que afecta prácticamente a toda la familia de Jerez.
—Usted decía habitualmente que los políticos deben asumir riesgos al tomar decisiones aunque los costes sean elevados...
—Quien no asume riesgos es que no toma decisiones. La actitud de estar ocultando la cabeza debajo del ala, no decir la verdad, estar instalado en la mentira como está parte del Gobierno local, es dañina para la ciudad y no beneficia en absoluto. Por tanto, se equivoca quien asume riesgos, pero se equivoca doblemente aquel que engaña a la población, y eso al final tiene su merecido.
—Habla del paro. Más de 50.000 personas han solicitado un empleo a Ikea…
—Cuando la ciudadanía conozca lo que el Ayuntamiento ha pagado sin ton ni son… Yo contribuí a Ikea y corregí las propuestas de instalación, pero lo que no pude corregir fue el regalo que un sector del Ayuntamiento le ha dado a esta multinacional. Cosa que no ha hecho con los autónomos, ni con pequeños y medianos comerciantes de la ciudad. Para al final crear puestos de trabajo en Ikea, los ciudadanos deben saber que al Ayuntamiento la broma le ha costado más de 25 millones de euros, que incluye la bonificación en el precio de venta del suelo regalado, y los costosos gastos de infraestructura, incluidos los 15 millones del transformador de energía eléctrica. Con ese dinero, el pequeño y mediano comerciante habría contribuido a crear muchos más puestos de trabajo.
—¿Fue entonces una decisión errónea apostar por Ikea?
—Fue errónea, a ese precio sí. Para ese viaje no se necesitan estas alforjas.
—Entiende entonces que se ha pagando un alto peaje…
—Alto no, superaltísimo. Ese entreguismo, buscando una foto o empujando a otro para que no salga en ella, a esos costos, es vaciar las arcas ya de por sí vacías del Ayuntamiento.
—En las municipales su eslogan fue ‘Me encanta Jerez’. ¿Le sigue encantando?
—(Risas)Voy por las mañanas corriendo, cambiando todos los días de ruta, y escucho unas cosas que son curiosísimas: “Pacheco, me encanta Jerez, vuelve ya”; “Vuelve ya aunque sea de ordenanza y pon orden aquí”; “Pacheco, déjate de tanto correr y vente aquí con nosotros”. Son cosas variopintas.
—Pero, ¿cómo ve la ciudad?
—Para que voy a hablarle. Esta ciudad en la que tanto he contribuido, en la que tantas horas he echado... ver cómo se está desmantelando adrede, con mala voluntad, preocupa. Espero que esto dure sólo dos años más, y que se ponga fin a esta especie de epidemia que está soportando la ciudad.
—En estos momentos hay una alta conflictividad laboral…
—La conflictividad laboral que vive la ciudad y especialmente empresas que son concesionarias de servicios públicos tienen su causa en que cuando dejé hace dos años y medio el Ayuntamiento, la deuda estaba en 12 millones de euros, y hoy está en 120. Segundo, este Gobierno lleva cinco años, y qué es lo que ha hecho. Pues ir desbaratando esta ciudad, que estaba construida como URSS y consolidada, dando palos de ciego. Un ejemplo es el triste episodio de la Porvera. ¿Cuánto ha costado para volver a quedar como estaba? Fíjese el beneficio del carril bici, con esa millonada; en los chanchullos que se han hecho en las obras del Plan E, donde hay irregularidades en la adjudicación. Es un desbarajuste. En estos dos años y medio que estoy al lado, no fuera, lo que veo es un disparate tras disparate. Y todo refugiado en una mentira continuada y una especie de foto que intenta ocultar la inacción.
—En los últimos días incluso ha habido problemas con las nóminas de los trabajadores municipales.
—Esto se debe a que con la nómina se ha pagado el tema de los autobuses. ¿Es curioso, no? Y le voy a decir más: una licencia en mi época tardaba 21 días, y hoy tarda 190 días. Yo espero no ya que este no Gobierno reaccione, que no lo va a hacer, sino que la nueva directiva de libertad de servicios que impone la Unión Europea ayude a cambiar el tema, porque primero se abrirá y luego se pedirá licencia. Esto se implanta el 28 de diciembre; los autóctonos que aún supervivan en esta crisis han de saber esto.
—Dice que ha dado un paso al lado, que no se ha retirado…
—Lo dí, lo dí, y ahora estoy al lado…
—A pesar de eso, parece que su sombra es alargada. Cuando surge un conflicto siempre se dice que el ‘pachequismo’ está detrás…
—(Risas) En el imaginario colectivo Pacheco sigue siendo el alcalde. Y en eso se ampara este Gobierno dirigido por esta señora (en alusión a Pilar Sánchez).Usted le pregunta a algún concejal de los que está en el no Gobierno y te dice que no están haciendo nada. Primero, no es un equipo, porque no se hablan los unos con los otros; segundo, no hay una propuesta de actuación; tercero, se toman decisiones basadas en el hoy digo digo, y mañana digo Diego, y un ejemplo es la calle Porvera. Además, hay un intento de arrasar con la ciudad, sobre todo con aquellos hitos o iconos que fueron realizados en mi época de alcalde. Este no Gobierno ha intentado desbaratar toda la ciudad consolidada. Haría falta que un grupo de psiquiatras analizara los comportamientos de algunos miembros que forman el no Gobierno de la ciudad, incluyendo a esta señora, que aparte es una mitómana.
—Ese no Gobierno del que habla ha tenido problemas internos…
—(Risas) Es que no se hablan, y además lo cuentan unos y otros. Le cuento una anécdota: un día le digo a un delegado del Ayuntamiento que la han liado con Vicasa, que yo dejé un convenio por el que debería estar la obra terminada, y me dijo: “A mi no me digas nada, díselo a mi compañero del no Gobierno, que es quien tiene la culpa”. Que vergüenza. Éste se refería al señor Lebrero. La conflictividad tiene su razón de ser en la no acción, que dura ya cinco años. La crisis dura dos, pero la no acción de este inútil no Gobierno de esta señora dura cinco años. La culpa no la tiene la crisis, es su incapacidad.
—Habla de Vicasa. ¿Qué ha podido fallar para que la situación esté así y se vaya de la ciudad?
—El convenio que yo hice con Ulpiano Gómez, el director general de Vicasa en España, era tan bueno para las dos partes que ya debería estar inaugurada la nueva fábrica. ¿Qué ha ocurrido? Como dice Ulpiano y el concejal al que he aludido antes, pues que el convenio ha estado un año y medio parado en una delegación. La crisis se ha incrementado y Vicasa dice que prefiere por estrategia comercial fortalecer la que tiene instalada en Dos Hermanas junto al término de Alcalá para que se convierta en la única potente de Andalucía. El Gobierno andaluz, a través de sus órganos, está mintiendo a la opinión pública, porque está haciendo un paripé. Y lo hace porque al final la fábrica que se potencia y la que se desmantela está en manos del PSOE. Uno tiene peso específico en el partido y la otra no pinta nada.
—Un PSOE, que desde el Gobierno andaluz, mira ahora para Jerez…
—Yo creo que la Junta de Andalucía tiene menos interlocución en estos cinco años de no Gobierno que en 29 conmigo.
—Pero ahora sí llegan ayudas, como en el caso del circuito.
—Bueno, al final han llegado tarde y bastante mal, porque Valencia ayudó al circuito desde el principio, y la Generalitat también. Aquí ha habido que esperar 20 años, y eso es una vergüenza. Al final, la historia pone a cada uno en su sitio.
—Retomando el paralelismo con el mundo taurino. Usted dio un paso al lado, no se cortó la coleta… ¿prepara un nuevo desembarco?
—En la calle, en el taxi, me encuentro a muchísima gente que me quiere con locura. Lo digo sin broma, sin acritud. La gente me dice que vuelva, y yo les digo que tranquilos, que estoy meditando. “¿Y mientras que hago?”, me dicen. Pues ve afilando los cuchillos, abre el arcón y saca los utensilios de la guerra, el hacha incluida (risas). Yo aún estoy en periodo de reflexión. No hay prisas. Jamás hemos tenido una clase política tan inútil, empezando por Zapatero, luego le sigue Griñán, y no le digo ya Jerez. Y a pesar de que la clase política es inútil, los tiempos son tan duros que se requiere todavía más política y políticos. Creo que a veces se echan en falta momentos importantes que tuvieron el señor González y el señor Aznar.
—Insisto. ¿Volveremos a verle en la política local?
—Estoy a punto de acabar mi periodo de reflexión. Creo que el año que viene, pasadas las fiestas, ya diré cuáles son mis propuestas. Hay tiempo suficiente. Decía Clint Eastwood, en Sin Perdón, que lo importante no es disparar muy rápido, sino desenfundar y que no te tiemble el pulso. Hay tiempo suficiente para reflexionar.
—Ha hablado mucho del Gobierno local, ¿pero cómo ve a la oposición?
—No hay. ¿Sabe por qué? Pues porque la no existencia de Gobierno arrastra a que no haya oposición, que sólo se dedica a hablar una vez al mes en los plenos. Es una obsesión por la foto, sin propuestas de contenido. Por ejemplo, yo desde fuera dije que Vicasa ya está acordado que está en Sevilla, por lo que ya se debería proponer la modificación del Plan, porque los terrenos tienen que volver a ser de equipamiento general y de cesión obligatoria al pueblo de Jerez. No volver a suelo industrial, no. Yo no sé a qué están esperando, porque Vicasa ya está en Sevilla, pese a los engaños de algunos dirigentes sindicales.
—Pero el Ayuntamiento recuperará el uso industrial de esos suelos…
—No, tiene que ser sistema general, como el parque González Hontoria, para albergar instalaciones que hacen falta en la ciudad: parques, centros de dependencia de la tercera edad, centros culturales… Por eso digo que la ciudad va a la deriva, y lo peor, es que no ven la necesidad de poner orden. Antes la ciudad era un portaviones con un capitán con las cosas muy claras y una buena tripulación, y ahora es un barquito, que no tiene capitán y da bandazos al sol que más calienta. Hoy en día los políticos no saben gestionar, sino que buscan los ayuntamientos como trampolín. Por cierto, cuando el Ayuntamiento empiece el ERE imagino que empezará por poner a los 62 asesores en la calle, más los 250 que han entrado en distintos servicios a dedo, e incluso a concejales. Tienen que dar ejemplo a los funcionarios que están machacados.
—¿Hay persecución política?
—Pacheco es una obsesión para algunos en el no Gobierno.
—Imagino que en su periodo de reflexión habrá analizado sus errores.
—Ya se han hecho todos los análisis: póngale usted un periodo intenso de 29 años, una obsesión por las obras no compaginadas con un poco más de atención personal al ciudadano, campañas negativas… Fue una mezcla de todo.
—La última se la dejo a usted.
—Por mi parte, creo que si me decido a vivir con una buena jubilación me sentiría insolidario. Esto va a la deriva, y por algún sitio tiene que explotar. El PSOE tiene que tomar el toro por los cuernos.
—Está diciendo que el problema está en la Alcaldía.
—Sí, jamás una pirómana ha sido un buen bombero.
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