En la farmacia de Porvera comentaron que “los piojos no entienden de estaciones” y los clientes no miran precios cuando “llegan aquí desesperados en busca de un producto que termine con los piojos”. Asimismo, tanto en la farmacia del licenciado Gregorio Alonso (calle Corredera) como en la de la plaza del Caballo apuntaron que “ya ha pasado la racha”, aunque sí reconocieron que los productos antiparasitarios se han vendido bastante, sobre todo, a modo de prevención. Donde todavía se siguen adquiriendo estos productos es en la farmacia central (calle Larga) donde afirmaron que “aquí se está vendiendo mucho” aunque sin amenazar a las existencias. Asimismo, en el establecimiento del licenciado Juan Zajara (calle Giralda) también se ha producido un repunte en la venta de estos productos.
La mayoría de colegios consultados corroboraron ayer la existencia de piojos en clase aunque en cifras similares a las años anteriores, por lo que ya han enviado distintas misivas a los padres para recordarles que tomen precauciones y “si su hijo tiene piojos, lo ideal es se quede en casa los tres días (período de incubación de los huevos) que es lo que debe durar el tratamiento para que la medida sea efectiva. Toda la familia debe ser tratada (padres y madres también) o por lo menos utilizar los champús preventivos. Se debe de cambiar la ropa de la cama y lavar cuidadosamente los cepillos y peines”, añaden.