Durante los días de feria se ha producido una oleada de robos en Arcos; en primer lugar en al menos tres chalés de la barriada El Santiscal donde han sustraído dinero, joyas, objetos de valor e incluso un turismo. Además, y como hecho más significativo, se ha producido un robo en el interior de la parroquia de San Francisco, de donde han desaparecido enseres y objetos de gran valor como una medalla de la Virgen de la Paz, el dinero que depositan los fieles en el cepillo o limosnero, broches y una cruz pectoral. Por ahora, y según el testimonio del párroco Iván Carrera, se echa en falta varios broches, una cruz pectoral y el rosario de la Virgen de la Paz, entre otros objetos.
El ladrón o ladrones accedieron al interior del templo, donde ocasionaron destrozos en la capilla de Nuestra Señora de los Desamparados y la rotura de candelabros de la Virgen de la Quinta Angustia (hermandad del Dulce Nombre). Además, los daños han afectado al llamado Rincón de Joselito dentro de la sacristía, donde también pudieron acceder los ladrones tras sustraer el conjunto de llaves de toda la parroquia, lo que ha provocado que ya se cambien todas las cerraduras para evitar un posible nuevo robo.
Este lunes seguían la investigación por parte de la Guardia Civil, que ha tomado huellas en el interior de la parroquia. La compañía aseguradora del templo ya habría valorado los primeros daños y robos para su posible cobertura económica.
Según señalaba el párroco a este periódico, afortunadamente las imágenes no han sufrido daños, aunque se ha comprobado cómo los ladrones llegaron a remover las ropas. De ello se deduce -explica el sacerdote- que el ladrón o ladrones fueron “a tiro hecho”, es decir, buscando posiblemente solo el dinero de los cepillos o limosneros de los pobres. No obstante, pudieron sustraer objetos de gran valor que en ese momento se encontraban en la parroquia, como por ejemplo una cruz pectoral y un rosario de perlas muy valiosos que lucía María Santísima de la Amargura, la Virgen titular de la hermandad de las Tres Caídas.
Se da la circunstancia de que es el segundo robo en muy poco tiempo, ya que nada más tomar posesión el nuevo párroco hace unos meses, también se produjo el robo de los limosneros, aunque en este caso a plena luz del día y con la parroquia abierta.
Esta situación ha hecho que el párroco tome cartas sobre el asunto e instale cámaras de seguridad para evitar robos futuros. De hecho, ya tiene sobre la mesa en este sentido varias ofertas de distintas empresas.