Don Manuel cede el testigo al párroco Jorge Manrique

Publicado: 09/09/2015
Salvador Marín se va al Priorado de El Puerto de Santa María
Por segunda vez en su vida, y de forma “oficial”, el religioso Manuel Rodríguez Salas “don Manuel” dejará de ser párroco de San Francisco; decisión del obispo diocesano que entiende, como es lógico, que el veterano sacerdote descanse de sus, a veces, excesivos compromisos al frente de la feligresía, tal vez, más importante y numerosa de la ciudad. No obstante, don Manuel permanecerá entre los arcenses porque en Arcos tiene su residencia, sus amigos y la gente con la que ha compartido su prácticamente medio siglo de ejercicio sacerdotal y pastoral.
No es, por tanto, como aquella vez en la que los designios eclesiásticos le condujeron a ser párroco en el marinero Puerto de Santa María, pues, en suma, don Manuel sigue en su pueblo, aunque, como ya se sabe, nació en Sanlúcar de Barrameda.


Su lugar al frente de la parroquia será tomado, al parecer, por el sacerdote colombiano Jorge Manrique, cuyo nombre está ligado al del insigne poeta. 


Este relevo coincide con la marcha del que ha sido ayudante más directo de don Manuel estos años en el menester litúrgico, el también párroco de Jédula Salvador Marín, que ahora regresa a su ciudad natal -El Puerto de Santa María- para seguir el oficio, ya en la Priorada, donde se encuentra un viejo conocido arcense, el padre Diego Valle.


Con tal motivo, el aún joven sacerdote fue despedido en una sencilla merienda rodeado de amigos de la Pastoral de la Salud, el grupo parroquial que altruistamente visita y atiende con frecuencia a los enfermos de la feligresía. Este adiós tendría lugar en el bar La Sacristía, frente a la parroquia, cuyo ambiente es -escribámoslo así- una prolongación de la vida religiosa del anejo templo.
La vida, pues, continúa en San Francisco, una parroquia viva aún que resiste, como todas, al devenir de los tiempos y de los cambios que nos empujan.

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