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Los bosques: el pulmón del mundo

El pasado 23 de marzo se conmemoraba el Día Internacional de los Bosques, una efeméride que no puede dejar indiferente al planeta

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  • El pinsapar, uno de los bosques más valiosos de la provincia. -

Los bosques son ricos ecosistemas de árboles con muy variada biodiversidad, tanto de fauna y flora, con suelos ricos en humus y variadas plantas aromáticas, helechos, arbustos, hierbas, musgos, líquenes y hongos, conformando estos lo que se denomina sotobosque, que hace de este bioma uno de los más importantes para la Biosfera del planeta.

Los bosques primitivos o primarios son aquellos que no han tenido intervención humana, o bien es tan mínima que no llega a afectar a la biodiversidad. Los secundarios son los bosques que han sido salvados y regenerados después de una tala parcial o total. Y como bien su nombre lo dice, los bosques artificiales son los que han sido recreados por el hombre, ya sea para conservación de las especies o para la obtención de maderas. Protector, secundario, de galería o mediterráneo son solo alguna de las denominaciones, según su característica, pero con una misma constante: ser magníficos espacios de biodiversidad.

Los bosques, en su interior generan un microclima con elevada humedad y temperatura controlada en sus extremos, amortigua vientos y crea las condiciones adecuadas para favorecer la creación de vida, desde la microfauna a los grandes herbívoros, de la micología a las bayas hasta el aprovechamiento forestal de madera y corcho; frutos como la castaña y la nuez, creando riqueza y empleo sostenible fijando la población periférica y desarrollando actividad industrial y artesana en acción transformadora de esa actividad forestal, ganadera y/o gastronómica.

La función depuradora del aire, por la absorción del dióxido de carbono (CO2), es un más que notable valor añadido ya que contribuye a ralentizar el cambio climático, el preocupante calentamiento global. Cuando se destruyen los bosques se liberan cantidades inmensas de CO2, lo que contribuye al agravamiento del cambio climático. De hecho, la deforestación y los cambios de uso de la tierra son responsables de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hace ocho mil años, grandes extensiones de bosque primario cubrían casi la mitad de la superficie del planeta. Hoy sólo queda una quinta parte del bosque original intacto, el resto ha sido destruido, degradado o fragmentado por una actividad humana implacable. Las amenazas que se ciernen sobre los bosques primarios tienen distintas causas que afectan de manera diferente a los tipos de bosques y regiones del mundo, y varían también con el estado de desarrollo socioeconómico de los países. Las cifras de la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) son rotundas en lo referente a la deforestación: a nivel mundial, cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques.

La situación es más que preocupante, por los peligros a los que se enfrentan los bosques. Los incendios forestales, tanto naturales como provocados, la depredación humana - caza y talas incontroladas- agravan el estado actual de los mismos, ya que elimina masa arbórea y plantas del suelo, con las nefastas consecuencias que supone la eliminación de la cadena trófica, al afectar a insectos polinizadores, fotófagos o depredadores. A esto hay que añadir los efectos que la desprotección del suelo origina; erosión por el viento y el agua que produce colmatación de sedimentos en ríos, arroyos y embalses.

La lluvia ácida, provocada por la contaminación del aire, básicamente provocada por óxidos y dióxidos de nitrógeno y azufre procedentes de centrales térmicas, vehículos o polígonos industriales químicos, que al reaccionar con el oxígeno del aire originan nitritos y ácidos que provocan la contaminación de suelos (nutrientes) y defoliación.

Las medidas a adoptar
El futuro de nuestros bosques pasa por actuaciones en diversos órdenes: reducir la demanda de madera , implementando un uso eficiente de los productos de la poda, aclareo y tala controlada, reciclado de la madera usada para su posterior uso en aglomerados y chapas, desarrollo de ecoturismo como otro aprovechamiento más, reducir el consumo de papel, evitar la fragmentación de los mismos con grandes infraestructuras como embalses o autovías.

Aunque en Europa la superficie forestal va en aumento (no así en el resto del mundo cuya depredación por el ‘homo sapiens’ es más que alarmante) se necesitan leyes que los protejan evitando la recalificación de los suelos quemados y reforestando los mismos, medidas preventivas contra los incendios y plagas, etc.

“En nuestra comunidad, un emblema universal de la biodiversidad, como es Doñana, está en peligro. A los efectos de la lluvia ácida provocada por el cercano polo químico de Huelva que provoca contaminación de suelos hay que sumar la extracción ilegal de agua de los acuíferos y el intento de usar el subsuelo como almacén de gas. No, no entendemos qué intereses hay para intentar destruir este valiosísimo ecosistema: la depredación y la ambición humana parece no conocer límites, ya que algunas actuaciones van en la línea de hacernos desaparecer como especie”, señalan desde la asociación arcense AMA Natura.

Para la misma, las soluciones y demandas generales son “establecer moratorias para nuevos proyectos de explotación (agrícola, forestal, minera, hidráulica, etc.) e infraestructuras en regiones con bosques primarios y ecosistemas de gran valor ambiental; priorizar la protección de los ecosistemas forestales con alta capacidad de almacenamiento de carbono, beneficiosa para los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Las administraciones deben diseñar mecanismos para garantizar que los recursos procedentes de los bosques no estén asociados a la destrucción de los mismos y a la violación de derechos humanos de las comunidades que los habitan. La sociedad en general debe conocer la problemática de los bosques para ser consecuentes en su consumo.

En general, si los cambios que pedimos no se realizan, se dará una pérdida de biodiversidad, una pérdida del hogar de millones de personas y un agravamiento del calentamiento global.
Aunque hemos comentado anteriormente la necesidad de una legislación y reglamentación de usos y protección de los bosques, éstas por sí solas no serían efectivas sin la imprescindible colaboración de la sociedad tanto a título individual como colectiva pues del comportamiento de nosotros, los seres humanos con respecto a nuestros entornos naturales depende en su mayor totalidad el resultado de las políticas y acciones para preservar la salubridad y equilibrio natural de todos los ecosistemas de nuestro precioso planeta tierra”.

Actitudes a la hora de consumir productos cotidianos (alimentos, papel, electrodomésticos y vehículos, así como todo tipo de materiales de uso tanto domésticos como industriales) inciden de manera crucial en la futura supervivencia del equilibrio de la biosfera. Es por ello que desde AMA Natura traen los bosques a la palestra  para subrayar la importancia de estos y recordar que “a ellos se les debería homenajear en el día a a día a con una conducta responsable y cargada de humanidad”.

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