Fue un día histórico. En Arcos no cabía ni un alma. ¡Hay que ver lo que mueve Jesús!... Fueron algunos de los comentarios más habituales durante el traslado de la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno el pasado viernes 6 de abril. Efectivamente, fue un día histórico que superó en afluencia de público al mejor de los días de Semana Santa, con miles de personas que convirtieron un embudo el largo trayecto entre la barriada de la Paz y el barrio de San Francisco. Horas antes, ya ha se había visto en el Paseo de Andalucía llegar varios autocares repletos de personas con destino a la procesión.
El retraso del obispo diocesano, José Mazuelos, provocó que el traslado comenzara unos minutos más tarde. La Diócesis Asidonia-Jerez se ha tomado este atípico traslado como un acontecimiento, de ahí la presencia del obispo, que días antes acordó esta procesión con la hermandad nazarena y el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, aunque este último se ha quejado de no haber sido informado por fuentes oficiales de la ampliación del recorrido hasta la plaza de La Caridad. No obstante, la fotografía de todos los actores del traslado, unidos y sonrientes ante las plantas del Nazareno, en la capilla de San Antonio, viene a demostrar que el posible mal entendido ha quedado simplemente en una anécdota.
La parroquia de San Francisco ofreció una imagen inédita, con el Nazareno bajo su pórtico una semana después de su procesión del Viernes Santo. La imagen había permanecido, junto a Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso, San Juan Evangelista y la Santa Mujer Verónica en el interior de San Francisco durante toda una semana debido a la lluvia del Viernes Santo. Desde entonces hasta hoy, la sagrada imagen ha recibido miles de visitas que han depositado a sus pies ramos de flores para alfombrar media ciudad.
El traslado del Nazareno ha comenzado con la aparición bajo el pórtico de San Francisco de la cruz de guía de la hermandad llevada por hermanos que no lucen hábito alguno. El traslado está siendo acompañado por la agrupación musical Cristo de la Antigua de Espera.
Ya se venía sospechando que el traslado se convertiría finalmente en una procesión en toda regla. Y así resultó en una jornada marcada por una demostración colectiva de fe y devoción hacia Cristo. Fueron, así pues, no cientos, sino miles de personas las que acompañaron a Jesús Nazareno hasta que alcanzó la plaza de La Caridad, donde dejó la primera de las bendiciones de la noche. Desde allí, los tres pasos tomaron dirección a San Agustín, su templo. Llegaron nuevamente con la amenaza de la lluvia, pero lograron su fin de regresar a su casa.
El Ayuntamiento tomaba cartas en el asunto regulando el tráfico en la zona afectada por el traslado, cortando calles y poniendo orden a través de la Policía Local, que se desplegó como en los días más grandes del año. Sin embargo, los agentes tuvieron un mal trago cuando tuvieron que participar en el traslado de un hombre que sufrió un infarto en el momento en que la procesión tocaba fin. Según las últimas noticias, ya se encuentra fuera de peligro y está en casa tras haber pasado por el hospital.
