Aunque se suele decir con demasiada facilidad que “no hay nadie imprescindible”, es cierto que en la sociedad hay personas cuya tarea vital deja una huella imborrable en los demás. Es el caso de Carmen Temblador Romero -Carmelita Temblador como todo Arcos la conoce-, una mujer a la que hay que atribuir justamente que nuestra ciudad sea hoy por hoy un referente en el mundo del belenismo.
La incombustible presidenta de la Asociación de Belenistas La Adoración está de actualidad tras el homenaje que le rinde este año la revista ‘Pesebre’ que editan los suyos. Fue ella la que escribió el primer editorial de esta publicación que cumple ya su número 23. Detrás de su simpatía y capacidad de unir a los demás en torno a un proyecto común está una mujer nacida en 1933 en la arcense calle Benito Gatica, que tuvo la dicha de estudiar Magisterio en una época en la que una mujer estudiante era lo más raro del mundo..., pero ella tuvo la suerte de estar animada por su madre. En 1977 se puso al frente de la guardería Nuestra Señora de las Nieves, en la barriada de la Paz, no solo educando a varias generaciones, sino facilitando que las mujeres de la época también pudieran trabajar mientras sus hijos estaban bien atendidos. Antes, en su niñez, estudió en el colegio de las Nieves, del que guarda un entrañable recuerdo, particularmente de su maestra doña Bernardina y de los maestros don Inocencio, don Laureano, don Antonio Gómez Villalobos... Estudió la carrera en el instituto jerezano Coloma y después se examinó por libre en Cádiz para convertirse en maestra y ejercer en primer lugar en colegios rurales de Mesas de Santiago, cortijo de la Sierra, Romeral, Sotillo Nuevo y Las Abiertas. De aquella época recuerda los sacrificios que los profesores rurales y el alumnado tenían que hacer. Fue en esos colegios del campo en los que Carmelita comenzaría a cultivar entre sus alumnos las aficiones por el teatro y el belenismo, así como por los montajes de distintas fiestas y acontecimientos. En particular, recuerda el montaje de la obra teatral ‘Historia de una escalera’ junto al profesor afincado en Arcos en aquella época Miguel Ángel, participando a sus 51 años como actriz.
En su infancia, vivió en la planta alta del inmueble habitado por la familia Benot, donde posiblemente tomó contacto con el arte belenista, aunque en ella es una afición también transmitida por su familia en aquellos inolvidables paseos por el campo para recoger plantas y piedrecitas... No obstante, fue en su participación en un congreso de belenistas celebrado en Gijón donde se le ocurrió la feliz idea de montar una asociación de belenistas en Arcos que con los años tomó el nombre de La Adoración.
Carmelita es también una mujer aficionada a la lectura, a la zarzuela... y que puede presumir de buenas amistades que seguro ha sembrado a golpe de sinceridad y honestidad. Desde nuestro periódico ‘Viva Arcos’ nos sumamos al reconocimiento a esta imprescindible de la sociedad arcense, a esta auténtica animadora que viene haciendo de la Navidad en Arcos algo más que un acontecimiento marcado en rojo en el calendario.