Lo de Pepe Fernández no es ni medio normal. El veterano ciclista arcense suma y sigue en sus prestaciones, aunque pasen los años, y siempre nos deleita con una de esas actuaciones plenas de coraje y sufrimiento que lo convierten en un auténtico ídolo de los aficionados y en un ejemplo a imitar por aquellos que quieren descubrir los secretos del maravilloso y sufrido mundo del ciclismo. En el escurridizo y embarrado circuito del Cerro de las Contiendas vallisoletano volvió a ofrecer una palpable demostración de las cualidades que le han llevado a permanecer durante décadas en los puestos de privilegio del escalafón ciclista.

La prueba estuvo condicionada por el terreno blando y pegajoso del circuito del Cerro de las Contiendas debido a las fuertes lluvias de la noche anterior.

Pepe sufrió un enganchón del manillar de su bici nada más darse la salida, quedando cortado atrás y teniendo que remontar por la pista, arriesgando mucho por las curvas hasta alcanzar al grupo cabecero integrado por siete u ocho corredores, formándose un corte por delante. Pepe se mantuvo en pie en su bici pero fue superado por varios rivales en las zonas técnicas. Luego adelantó a un buen número de corredores que se iban quedando por el camino durante la primera vuelta.

En las vueltas siguientes -hasta cinco hubo que dar-, conservó su excelente posición sin arriesgar demasiado y manteniendo el ritmo y la mecánica de su montura, que fue lo más importante de la mañana debido a las inclemencias meteorológicas (lluvia, frío, etc.) y, sobre todo, al pegajoso barro.

Pepe Fernández fue el tercer andaluz en entrar en meta de todos los inscritos y el primero de la categoría Máster 40B. “No he tenido ritmo de carrera por la falta de confianza tras muchos meses sin competir, preparándome mentalmente por si me daba un calambre o me entraba un “pajarón”, pero al final he terminado fuerte, aunque sin poder emplear mi pedaleo habitual, yendo muy por debajo del estado de forma y las prestaciones que puedo alcanzar. El sexto puesto en 40B me deja con buen sabor de boca y muy sorprendido. Sin presión y sin objetivo me vengo con una gran satisfacción, sin apenas haber podido entrenar algo”, declaró con absoluta sinceridad el voluntarioso corredor arcense.