Al empresario Manolo Blanco le debemos algunas de las mejores páginas de la historia del comercio de Arcos de la Frontera. Su famosa tienda de modas, en primer lugar en la calle Camino de Bornos, luego en calle Grazalema, y definitivamente en Josefa Moreno Segura, se encuentra sin duda entre los comercios más valorados de la provincia por su trayectoria, su éxito empresarial y por la repercusión social y mediática de sus ya lejanos en el tiempo desfiles de moda que ambientaron las noches de las carpas de verano en las que místers y mises de toda España pasearon su belleza por la pasarela arcense. Sí, eran otros tiempos, y casi sin darnos cuenta nos hemos situado en la segunda década del siglo XXI.
Es ahora, dentro de poco, cuando Manolo cumplirá 7o años de edad, por lo que le toca un tiempo de descanso y plena dedicación a los suyos como algo propio de la jubilación. El empresario ya ha anunciado el cierre de su tienda, que hará en el momento en que logre liquidar las prendas que aún debe vender para vestirnos. Después de treinta años al frente de su propio negocio, y antes veintisiete como trabajador del legendario Tejidos Tamayo, Manolo se siente muy agradecido y satisfecho por lo recibido, dentro de sus momentos buenos y malos, admite. Se va doblemente orgulloso por la cantidad de personas que ha conseguido contratar todos estos años, pero también de haber sido el primero que a diario llegaba al negocio, porque se siente básicamente un trabajador y un compañero por encima de un empresario. Con todo, le costará emprender una nueva vida porque seguirá echando de menos el ambiente del mostrador, del contacto con el público, con proveedores y con tanta y tanta gente que ha conocido por su profesión.
Se nos va reconociendo que le costó mucho crear y levantar su propia marca, que se entregó en cuerpo y alma a su trabajo...; recuerdos que guarda en casa en una amplia colección fotográfica. Conoce casi toda España, por donde ha viajado por ocio, pero más por motivos profesionales. Junto a otras trece empresas del sector formó un potente grupo provincial para ser más competitivo en el mercado, que sin duda logró a tenor de lo expuesto y vendido. De hecho, durante años ha sido el número uno en moda de bodas con todo lo que ello comporta. De aquel proyecto provincial formado por más de 40 tiendas, apenas quedan hoy día cuatro... Ahora, en este infame octubre de la crisis sanitaria del Covid-19 como la primera realidad que vive la sociedad, Manolo tira la toalla, se corta la coleta, no sin criticar con cierta rabia estos tiempos de ventas a mansalva por internet, de deterioro del comercio de Arcos y de la insuperable competencia de las grandes superficies comerciales.
En ese sentido crítico, también apunta al dudoso compromiso de las distintas corporaciones municipales con el comercio local, del que dice no siempre ha estado apoyado por su Ayuntamiento. “Peor que ahora nunca ha estado el comercio de Arcos. El Ayuntamiento se tiene que poner las pilas. Hace falta una persona dentro del Ayuntamiento que haya tenido un comercio y que lo sienta”. Y nos habla de la Corredera, el Paseo... y otras zonas donde el comercio poco a poco se va diluyendo y donde -denuncia-no se dan las condiciones para la creación y el desarrollo de los negocios. “El Ayuntamiento tiene que apostar por el comercio porque si no Arcos va a terminar como una barriada de Jerez, como una ciudad dormitorio”.
Como es un enamorado del campo y del paisaje serrano, amén de su familia, tiene por delante otra vida que seguro sabrá vivir, ahora por delante del mostrador.