El término municipal de Arcos ha vuelto tristemente a ser escenario de otro vertido de residuos inertes, en esta ocasión un significativo número de neumáticos de tractores arrojados en pleno yacimiento arqueológico de Sierra de Gamaza, a escasos kilómetros la barriada El Jadramil.
Además, junto a los neumáticos se puede observar una cantidad de escombros de distinta naturaleza que igualmente han sido depositados sin ningún tipo de escrúpulos y causando un grave impacto en el medio ambiente, dado que tanto los escombros como los neumáticos resultan perjudiciales para el suelo.
La asociación AMA Natura-Ecologistas en Acción, que tras una visita ha podido comprobar estos hechos, pone esta semana en conocimiento de la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento y de su Patrulla Verde este nuevo episodio de vertidos para que actuén en el asunto, por lo que le exige que los residuos sean retirados lo antes posible y que sean tratados conforme a la Ley.
Los talleres mecánicos suelen actuar como punto de recogida de neumáticos que acopiados en grandes cantidades son transportados posteriormente por la Junta de Andalucía a un lugar homologado para su correspondiente tratamiento. Además, los talleres suelen ser sujetos de desgravaciones fiscales por su participación en esta operación.
Aunque se desconoce el origen de los residuos, existen ligeras sospechas de los cortijos próximos al lugar, ya que se trata de neumáticos de uso agrícola, y en el caso de los escombros de vecinos de la zona o simplemente de personas incívicas que han visto en el yacimiento arqueológico un lugar alejado que facilita la impunidad.
Cabe recordar que el yacimiento arqueológico de Sierra de Gamaza está catalogado por la Consejería de Cultura de la Junta. Uno de los arqueólogos que estudió en profundidad este espacio fue el arcense recientemente fallecido Lorenzo Perdigones.
De otra parte, AMA Natura-EA ha hecho un llamamiento al Ayuntamiento de Arcos ante el continuo desplazamiento de contenedores de basuras en la barriada El Santiscal, lo cual impide la correcta circulación de vehículos en ocasiones y supone un peligro para la visibilidad y la propia circulación.
Algunos vecinos han señalado que el desplazamiento de los contenedores, a veces alejados a unos metros de las aceras, es consecuencia de la precipitación con la que se realiza el servicio de recogida de basuras, aunque en otras ocasiones el movimiento de contenedores es producto del vandalismo.