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Días de barrunto

Epidemia de amnesia

Se acaban de cumplir cinco años de aquella pesadilla. El tiempo cicatriza las heridas, pero estas no sanarán nunca

Publicado: 22/03/2025 ·
18:28
· Actualizado: 22/03/2025 · 18:28
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  • Sanitarias. -
Autor

José Manuel Infante Gómez

Columnista mitad barbateño mitad madrileño. Redactor en web deportiva trescuatrotres.com

Días de barrunto

En palabras de su autor: "Intento decir lo que pienso pensando siempre lo que digo"

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Cuando el río suena, agua lleva. Y el río llevaba ya varios días sonando, hasta que el ruido derivó en una tremenda explosión. A mediados de marzo, aquel fin de semana entró con todo merecimiento en la historia más negra de nuestras vidas. Se esperaba, como siempre, con ganas, a la estación de las flores, pero aquella será recordada como la más triste primavera que vivimos nunca, porque el único color que predominó fue de un espantoso tono negro.

Existen infinidad de imágenes, la mayoría nefastas, que nos recuerdan aquellos acontecimientos. Una generación de valientes quedó notablemente diezmada por el cobarde ataque de un enemigo desconocido hasta entonces.

Cuando lo más lógico hubiese sido hacer un frente común para intentar luchar juntos, lo único que se nos ocurrió fue improvisar unos tímidos aplausos durante dos o tres días.

Mientras tanto, un ejército de generosos corazones se jugaba la vida intentando aliviar a la gente enferma. Al evocar a este heroico gremio no puedo evitar que se cuelen en mi recuerdo las deleznables imágenes de sanitarios vestidos con bolsas de basura como uniformes, algo indignante, tanto como la intervención de algunos miserables que aprovecharon la situación para enriquecerse a costa del dolor ajeno. Pensaba que el mejor castigo para estos desalmados seria meterlos en contenedores y lanzarlos a las profundidades del mar, pero creo que los peces no tienen por qué alimentarse de unos corazones tan putrefactos.

Se acaban de cumplir cinco años de aquella pesadilla. El tiempo cicatriza las heridas, pero estas no sanarán nunca.

Como todo el mundo, debo acudir con una cierta frecuencia al ambulatorio. La enfermera que me suele atender se llama Alicia, y me cuenta que eligió esta profesión por vocación, como la mayoría del gremio. Y me sigue pareciendo increíble que estos profesionales con unos uniformes de un blanco angelical (seguro que el color no es por casualidad) tengan esa pasión por su trabajo.

Durante 2024 y lo que llevamos de 2025, las agresiones al personal sanitario han aumentado de forma alarmante. Y eso que se estima que solo se denuncia el veinticinco por ciento de esas agresiones, ya sean verbales o físicas.

La frase “Estoy curado de espanto” la solemos decir algunas veces, pero, por lo menos, en mi opinión, carece de total credibilidad ante los numerosos empeños de la raza humana por demostrar que a su maldad todavía le falta mucho por alcanzar sus límites.

Preocupado por esta decepcionante falta de memoria, estoy convencido de que nunca será suficiente el agradecimiento que demostremos a todo el sector sanitario.

Así pues, Alicia, debo darte las gracias por haber elegido esta profesión y no otra. Mucha gente ha salido beneficiada con tu decisión.

“Es extraña la ligereza con la que los malvados creen que todo les saldrá bien”. (Víctor Hugo).

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