Los pescadores españoles que faenan en aguas marroquíes en virtud de los acuerdos de pesca de la UE y Marruecos anulados hoy, ven el fallo como una "mala noticia" para sus intereses y, aunque el convenio que les permite trabajar en ese caladero se mantendrá vigente un periodo de tiempo más, prefieren aguardar a la reacción del reino vecino antes de volver a trabajar allí.
"Ya sabemos como actúa Marruecos cuando se entrometen en sus temas nacionales. No esperamos que su reacción sea positiva", ha señalado a EFE el vicepresidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras FAAPE, José María Gallart.
El temor a la reacción de Marruecos ya llevó a los pescadores a evitar ir al caladero de las aguas vecinas durante la crisis diplomática que se produjo a raíz de que el pasado mes de abril el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, entrara en España en situación crítica de salud para ser atendido en un hospital de Logroño.
"Nos temíamos lo peor por parte de Marruecos, los barcos desistieron de ir por miedo", ha indicado a EFE Tomás Pacheco, presidente de los armadores de Barbate (Cádiz), la localidad más beneficiada por este acuerdo ya que en la actualidad tiene catorce barcos con licencia para faenar en el caladero vecino en virtud de este acuerdo.
Los pescadores de Barbate también prefieren ahora aguardar a la reacción de Marruecos a la sentencia del Tribunal de la Unión Europea (UE) que acepta los tres recursos de nulidad interpuestos por el Polisario contra otras tantas decisiones del Consejo de la UE y por tanto anula, además de protocolos del acuerdo de asociación y libre comercio de productos agrícolas entre la UE y Rabat, el convenio de pesca que permite faenar en aguas del Sáhara Occidental a 128 barcos europeos, entre ellos 93 españoles.
La corte ha decidido mantener los efectos de esos acuerdos durante "un cierto período de tiempo", con el fin de "preservar la acción exterior de la Unión y la seguridad jurídica de sus compromisos internacionales".
Pero los pescadores andaluces no ven tan claro que puedan seguir yendo a pescar. "Estamos en la incertidumbre de qué va a pasar en lo que resta del acuerdo vigente, que expira el 30 de junio de 2022", indica Pacheco.
Los armadores se encuentran ya en el momento de renovar y pagar sus licencias para el cuarto trimestre del año, un trámite que ahora no saben si les compensará.
A Marruecos el actual convenio de pesca, alcanzado a finales de 2018 y refrendado a principios de 2019 por la Eurocámara, le reporta unos 50 millones de euros anuales.
En la actualidad no se usan la totalidad de las licencias otorgadas a los barcos europeos, al menos en el caso de Barbate.
De las 26 licencias que le otorgaba el convenio, sólo 14 barcos las tienen activas y acuden a estas aguas a pescar sobre todo sardinas y boquerones.
"Se ha reducido el número por un cúmulo de circunstancias: el valor del pescado, el precio del gasoil, el coste de la asistencia al caladero...", explica Tomás Pacheco.
"La pesca no es una ciencia exacta, no es una fábrica de coches que sabe los que va a hacer en 24 horas", indica de su lado José María Gallart.
Pero, aún dependiendo de factores externos que puedan hacer más o menos rentable un caladero de un año a otro, los pescadores de la provincia de Cádiz, que cuenta con el mayor número de licencias (un total de 40), "siempre vamos a querer que se mantenga" el acuerdo para faenar en aguas del Sáhara Occidental.
"Siempre hemos considerado positivo poder ir allí, es una válvula para la diversificación de la actividad de la flota. Ahora toca esperar, ver la reacción de Marruecos y los pasos que de la UE". añade.
