Antonio Rivas Cabañas es autor de carnaval desde 1982, cuando se estrenó con la comparsa juvenil Añoranzas de mi tierra. No fue hasta diez años después, tras varias agrupaciones, cuando formó tándem de autoría con Julio Pardo. Ha sumado un sinfín de premios como autor de comparsas, chirigotas y coros, entre los que cuenta en su haber con 15 primeros premios, lo que le hace ser uno de los autores más laureados del Carnaval de Cádiz. En 2009 recibió el Antifaz de Oro, en 2019 encarnó al Dios Momo y preside la Asamblea Honoraria de Antifaces de Oro.
¿Cómo han sido los meses de ensayo?
–Bien, tuvimos un contratiempo porque llevábamos varios años ensayando en el salón de actos del Columela y ahora está clausurado por unas obras que no terminan de hacerse, así que tuvimos que buscar una alternativa donde no estábamos tan cómodos como allí, que estábamos hechos al sitio, pero nos hemos adaptado.
¿Qué aspiraciones tiene la agrupación para este COAC?
–Somos animales de concurso, nos gusta concursar, nos gusta ganar, pero cuando no lo conseguimos no pasa nada. Hacemos como el indio: tiramos la flecha alto y luego a lo mejor en el camino pierde algo, pero no salimos por salir, sí por supuesto para disfrutar, pero con un ingrediente importante de uñas y dientes. Intentamos ganar, si no lo conseguimos, no pasa nada y felicitamos al compañero.
¿Qué te parece el modelo de concurso actual?
–Lleva muchos años y entiendo que es sostenible, sobre todo cuando es un concurso tardío como este, que la final es el 28 de febrero, casi en marzo. El problema es cuando venga un carnaval tempranero, entonces este formato no nos sirve, porque no podríamos meter las funciones que este año tiene el concurso. Hay que estudiar otra fórmula.
¿Cómo ves la modalidad?
–El coro está bien, como todas las modalidades. Tiene varios escalones: hay unos cinco grandes coros que han tenido la suerte de estar en la final en los últimos seis o siete años y son los que buscan los cuatro puestos finales, después hay un segundo escalón de coros bastante bueno que aspiran a semifinales, incluso algunos de no muy antigua creación, aunque también hay algunos que no dan prestigio a la modalidad.
Viendo lo ocurrido hace unos días sobre las tablas, ¿crees que habría que revisar las bases para tener opciones de frenar ese tipo de actuaciones?
–Haría un par de cosas importantes. Primero, establecer que si una agrupación no llega a un mínimo de puntos definidos previamente en el reglamento pierda la fianza. Esa agrupación ha usado el espacio escénico media hora y no ha dado un espectáculo acorde. Y lo segundo sería no repartir derechos hasta llegar a Cuartos. Si lo dice el reglamento es absolutamente legal y si no se quiere ser tan drástico pues hacer un reparto de Preliminar proporcional a los puntos obtenidos, de tal manera que si un grupo obtiene 200 puntos pero no pasa por cupo cobraría unos derechos, y el que tenga 100 puntos cobraría la mitad de este, y el que tenga 50 la cuarta parte. Cuando la gente viese que esto no es tan fácil y que por venir no te llevas 1000 euros se lo pensaría. Perderíamos agrupaciones malas.
Con qué te quedarías ¿con el estreno en preliminares o el domingo de coros en la Plaza?
–Con el día del estreno de la obra. Es la puesta de largo, lo que se espera durante cuatro meses, el debut, ver cómo reaccionan los aficionados, estar a la altura de la expectativa. La calle es muy bonita, pero prefiero ese momento.
¿Qué puedes adelantarnos de El lado oscuro?
–Con El lado oscuro salimos de nuestra zona de confort. Hay veces que, aunque te vaya bien, tienes que cambiar las cosas. Cuando te va mal por supuesto, pero aunque nos está yendo bien últimamente queríamos cambiar, hacer un giro. Como creativos, preferimos la crítica de “te has equivocado por hacer un giro radical” a “está bien, pero es más de lo mismo”. Equivocarse se puede equivocar cualquiera y al año siguiente corregir cualquier cosa. El coro trae una propuesta muy distinta a lo que se está viendo a todos los coros de este año, que parece que van todos en la misma línea en defensa de Cádiz, que Cádiz está mal. Nosotros vamos por otro sitio. Quizás es menos Cádiz, pero va más referido a la persona en general, la gente se va a identificar no porque hable mucho de Cádiz sino porque habla mucho de cómo somos todas las personas.