SOS Perrera Los Barrios lanza un desesperado mensaje pidiendo ayuda a los internautas a través de las redes sociales. Hace unos días, con motivo de las inundaciones que se han producido a causa de la borrasca Bernard, sus instalaciones volvían a anegarse, y demandaban a través de Facebook casetas de perro y palés con los que poder albergar de forma segura a los perros.
Actualmente hay entre 250 y 300 animales en el refugio, a donde van a parar todos los que recoge la empresa concesionaria de recogida de animales en el Campo de Gibraltar.
En estos momentos, están hasta los topes. No pueden admitir más, reconoce Rubén O., uno de los portavoces del colectivo. “Los que más nos preocupan por los efectos de la lluvia son un centenar, aproximadamente”, comenta, “porque la distribución del terreno hace que se inunde más una parte que otra”. Rubén celebra que la solidaridad de la gente ha hecho posible que al menos cuenten con los palés elevadores necesarios, que eviten que los perros toquen el agua, pero siguen haciendo falta, al menos, entre 25 y 30 casetas para perros grandes, así como acogidas de emergencia para momentos de fuertes lluvias como el que se ha vivido.
“Tenemos un grupo que se dedica a ubicar a los perros según compatibilidad con la familia de acogida (otros perros, gatos, niños, casa, etc), comenta otra persona voluntaria a VIVA. “Por eso, queremos adelantarnos y tener previstas el mayor número de familias de acogida posible”, indica.
El traslado, mínimo en cuatro años
Como se recordará, la perrera de Los Barrios tiene previsto su traslado a unas nuevas instalaciones en el Cortijo de las Albutreras, un terreno para el que han tenido que pagar 150.000 euros “que hemos conseguido gracias a la donación de un particular de 100.000 euros y 50.000 de las distintas protectoras”, comenta Rubén. Pero aún tienen que hacer frente a un gasto de alrededor de un millón de euros para acondicionar el espacio de modo que pueda albergar una perrera, por lo que no esperan poder hacer el traslado “antes de cuatro años”, lamenta, un problema al que añaden las quejas de vecinos residentes en la zona por previsión de ruidos y malos olores. Tampoco pueden mejorar las actuales instalaciones, porque el dueño no les deja hacer las reformas necesarias.
Reconoce que la instalación “incumple la normativa” en materia de evacuación de aguas residuales y otros aspectos, pero que no se puede hacer nada. Lamenta, asimismo, que la actual legislación en materia urbanística “no tiene una consideración de refugio animal como figura propia en España”, sino que “la equiparan a explotaciones agrarias o cualquier centro de tratamiento de animales domesticados”, por lo que están en una especie de vacío legal.
