La
visita de la
princesa Ana a Gibraltar para este viernes y sábado será la
duodécima llegada documentada de un miembro de la familia real británica a la Roca desde que en 1954 la entonces recién investida reina de Inglaterra Isabel II acudiese al Peñón con su familia. Desde entonces, han sido casi
70 años en los que cada visita real ha sido un guantazo en la cara de los británicos a la reclamación soberanista española sobre Gibraltar, y en casi todas las ocasiones, salvo alguna visita de carácter privado sin trascendencia pública, ha generado una respuesta en forma de protesta de las autoridades españolas.
De hecho, la princesa Ana es
la que más veces ha acudido a la colonia representando a la familia real.
Cuatro, con esta, teniendo en cuenta que ella estaba en aquella primera visita de hace 69 años acompañando a su madre, su padre y su hermano, el actual monarca Carlos III. Las
últimas dos veces que la princesa Ana estuvo en Gibraltar fueron con Peter Caruana como ministro principal, en los años
2004 y 2009. Esa última visita, para la
inauguración de un hospital levantado en el istmo, estaba cargada de significación. La ofensa era doble, pues no solo lo fue por la visita real, sino porque la cesión del istmo nunca ha sido reconocida por España.
En esta ocasión, la princesa Ana acude
en calidad de presidenta de Honor del Festival Literario Internacional de Gibraltar.
La
última visita real hasta el momento ha sido la de los
condes de Wessex el
príncipe Eduardo y su esposa, Sophye Rhis-Jones, entre el
7 y el 9 de junio del año pasado para el jubileo por el
70 aniversario del reinado de la difunta monarca Isabel II. Justo 10 años antes, los mismos protagonistas acudían a la Roca por el
60 aniversario de ese mismo reinado. Entre ambas, en
2014, fue el príncipe Miguel de Kent quien visitó la Roca como “comodoro en jefe de la reserva marina y contralmirante honorario”.
Sin duda el
cierre de la Verja dio lugar a un
largo periodo sin visitas reales que se prolongó durante
casi tres décadas desde la visita de Isabel II, ya que no fue hasta los años 80 cuando su hijo
Carlos, recién casado con
Lady Di, acudiese a la colonia. A partir de ahí, se abrió la veda, y pronto llegaron las visitas reales del
príncipe Andrés en 1993 y 1995 y la del
duque de Kent en 2001, a las que seguirían las ya mencionadas de la
princesa Ana en esa década (
2004 y 2009), las de Andrés en
2012 y 2022 y la de Miguel en
2014.
Hay que recordar que esta visita real se produce en el marco de las
negociaciones aún en curso entre Reino Unido y la Unión Europea, en las que participanactivamente tanto España como Gibraltar, un diálogo que ya de por sí no pasa por su mejor momento, con asuntos enquistados como la vigilancia de la futura
frontera Schengen y cuestiones de índole fiscal y aduanero.