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Juicio a un acusado de yihadismo que se radicalizó en la cárcel de Algeciras

La Audiencia Nacional juzga al individuo, que quemó un coche policial al saber que estaba siendo vigilado. Consumió material yihadista en Botafuegos

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  • La Audiencia Nacional. -

La Audiencia Nacional juzga este lunes a un acusado de consumir y difundir propaganda yihadista que roció de líquido inflamable un coche policial que contenía un equipo de grabación para registrar sus movimientos tras sospechar que estaba siendo vigilando.

El ministerio fiscal le acusa de un delito de adoctrinamiento pasivo mediante tenencia de documentos idóneos para incitar a la incorporación a una organización terrorista y de otro de daños, y pide para él nueve años de cárcel.

La Fiscalía relata en su escrito de conclusiones provisionales que el acusado sufrió un proceso de radicalización en la prisión de Botafuegos, en Algeciras, desde 2018 que le llevó a consumir y difundir "material videográfico" de carácter yihadista.

El acusado -explica- accedía y difundía ese material "a sabiendas y con la finalidad de que era idóneo para el adoctrinamiento y la alimentación de un fundamentalismo ideológico instrumentalizado a desarrollar comportamientos terroristas en el futuro".

Pero fue cuando los agentes entraron a registrar su domicilio en 2021 cuando hallaron un 'iphone 11' en el que el acusado tenía imágenes de la 'Shahada', "icono de combate" de Estado Islámico (Daesh), así como accesos a visionados de vídeos alusivos a la yihad e incitando al martirio.

También comprobaron que era asiduo consumidor de material salafista. El fiscal recoge que desde ese mismo terminal el acusado realizó búsquedas para comprar armas de fuego y drones con capacidad de carga de hasta 4 kilos.

Además de esta radicalización a través de Internet, el fiscal añade que en marzo de 2021 y ante la sospecha de ser investigado por la Policía detectó una furgoneta estacionada frente a su vivienda. El vehículo contaba con un sistema de grabación encubierto, algo que descubrió el encausado tras romper uno de los cristales.

Al comprobar que efectivamente estaba siendo vigilado, roció con líquido inflamable el interior de la furgoneta y le prendió fuego. El fiscal calcula que los daños ocasionados por este hecho ascienden a 1.887 euros por los aparatos de grabación y 1.200 euros por el vehículo.

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