El fentanilo es una sustancia opiácea que lleva años siendo usada en España con fines médicos y siempre bajo una estricta y rigurosa supervisión por su fuerte carácter adictivo. Este componente de origen sintético se prescribe únicamente cuando los dolores que sufre un paciente son muy altos y, si no se usa correctamente, genera una gran dependencia y fuertes síndromes de abstinencia.
Las estampas vistas en Estados Unidos en los últimos meses parecen más cercanas después de que hace apenas unas semanas se incautasen en La Línea las primeras pastillas de fentanilo. Francisco Mena, presidente de la coordinadora contra la droga Alternativas en el Campo de Gibraltar, manifiesta su preocupación por el fuerte impacto que podría tener su expansión en España. En declaraciones al programa La Comarca de Cerca de 7TV Campo de Gibraltar, Mena considera clave actuar en la prevención y en informar a la población del fuerte riesgo de adicción que conlleva esta sustancia.
"Aún no sabemos si entrará por barco, por tierra o si se producirá aquí", apunta Mena sobre el origen que puede tener el fentanilo que las organizaciones del narcotráfico distribuyan en nuestro país. "Es muy barata de producir, con 800 euros puedes obtener un beneficio de un millón", detalla. En Estados Unidos la situación es distinta, ya que el origen está en la prescripción sin control realizada por médicos durante mucho tiempo, que generó la drogodependencia de esta sustancia.
Otro punto de preocupación para Mena es que el propio fentanilo ya está siendo distribuido en España, aunque de manera oculta. Según revela el presidente de Alternativas, algunas organizaciones ya cortan la cocaína con fentanilo, mucho más barato que otras sustancias más habituales para adulterar la droga como las anfetaminas. "El consumidor de cocaína no sabe que consume fentanilo, al generar más adicción puede hacer que en vez de una vez al día lo haga más, compre más y, si no tiene dinero, acabe comprando fentanilo directamente, más barato", concreta.
Pensando a futuro, Francisco Mena no cree que España esté preparada para combatir la llegada del fentanilo. "Las instituciones no se van a mover si no hay alarma social y eso pasará cuando al salir a la calle veas junto a tu casa a un joven como un zombi", sentencia Mena. Recuerda cuando, en los 80 y 90 con la escalada de la heroína, los afectados decían no haber sido avisados, "y tenían razón, por eso ahora hay que informar a la población para que esto no suceda". Sí valora el impacto de las imágenes vistas en Estados Unidos, aunque es muy cauto ya que "nadie escarmienta en mente ajena".