Algeciras ya está lista para vivir otro 5 de enero su arrastre de latas, una tradición que implica a miles de niños y niñas cada año, con los ganadores del concurso de esculturas hechas con estos elementos y con la inauguración de un monumento en la ciudad para fortalecer los vínculos sociales y culturales del municipio.
La teniente de alcalde delegada de Feria y Fiestas, Juana Cid, ha anunciado a los ganadores del Concurso de Esculturas de Latas, que organiza el Ayuntamiento y cuyo primer premio ha recaído en un pez de latas presentado por Fermín Pinteño Raposo, ha indicado el Consistorio en una nota.
El segundo premio ha sido para el 'Buque Maerks Algeciras' presentado por Sara Cirritos Sanmartín y el tercer premio para el 'Lego Batman' presentado por Josefa Moreno Villanueva.
La delegada ha felicitado a los ganadores y ha animado a niños y mayores a que disfruten de las actividades de la víspera de Reyes "que dan alegría, esperanza y magia a los más pequeños, pero además nos permiten preservar y transmitir a las nuevas generaciones nuestra cultura, patrimonio y tradiciones".
Previo a este concurso se ha inaugurado también el monumento al Arrastre de Latas que está ubicado en la confluencia de la Calle Segismundo Moret con Paseo de la Conferencia. La obra ha sido realizada por el taller de fundición artística Fundirmetal Amando S.L., cuya propuesta resultó elegida por un jurado calificador.
Desde el consistorio se ha recordado que esta escultura, que lleva por título 'Latidos de historia en cada lata', se enmarca dentro del proyecto 'I Festival de Arte Urbano del Barrio de La Caridad de Algeciras', financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Unión Europea, y cuyo objetivo es promover la protección y desarrollo del patrimonio cultural y natural de las áreas urbanas, en particular las de interés turístico.
El tradicional arrastre de latas de Algeciras sirve de alerta para que los Reyes Magos no olviden dejar juguetes en las casas de los niños. Según la leyenda popular, esta tradición se inició en una época de penurias económicas, cuando los Reyes Magos no dejaron juguetes en la ciudad y los padres dijeron a sus hijos que los de Oriente se habían quedado dormidos. Desde entonces, los niños arrastran miles de latas con la idea de hacer mucho ruido y evitar que los Reyes vuelvan a olvidarse de su ciudad.