La Fiscalía ha pedido 36 años de cárcel para el conductor de un todoterreno que, "con conocimiento de la capacidad homicida del vehículo", arrolló a dos policías con "la intención de acabar con su vida" cuando huía con un alijo de 500 kilos de hachís en Algeciras el 5 de septiembre de 2020.
En su escrito a la sección séptima de la Audiencia Provincial de Cádiz, a la que corresponderá juzgar estos hechos, la fiscal de Algeciras acusa al conductor del todoterreno de un delito de atentado en concurso con dos de asesinato en grado de tentativa, por los que le pide 15 años de cárcel por cada uno.
También le considera responsable de un delito contra la salud pública por el alijo que transportaba (4 años y 6 meses de prisión, y multa de tres millones de euros) y de otro de receptación (2 años) al constar que el vehículo que conducía, un BMW X5, había sido sustraído el 9 de agosto de 2020 en la comisaría de Marbella (Málaga).
Pese a que no se ha podido acreditar que interviniera en la sustracción, "lo condujo a sabiendas de su procedencia ilícita", motivo por el que la fiscal en su escrito, al que ha tenido acceso EFE y que ha adelantado El Mundo, le acusa también de ese último delito.
Además del conductor del todoterreno fueron también detenidos en relación al alijo otros cinco acusados, para los que la Fiscalía reclama penas de entre un año y cuatro años y medio por delitos contra la salud pública y tenencia ilícita de armas.
Según el relato de la fiscal, los hechos ocurrieron en la madrugada del 5 de septiembre de 2020 cuando la sala del 091 de la Comisaría de Algeciras recibió un aviso de que se estaba produciendo un alijo de droga por la zona de Getares-Ballenera-Faro.
Un inspector y un agente en prácticas se desplazaron hacia el lugar mientras eran informados "en tiempo real" de que el vehículo sospechoso circulaba a gran velocidad hacia la carretera de Los Yankies, dirección rotonda de Los Pastores.
Cuando finalmente localizaron al todoterreno, los agentes observaron que se aproximaba "a gran velocidad, acelerando en el mismo momento en el que divisó el vehículo policial".
Debido a las características de la vía, optaron por echarse "al lado derecho de la carretera, viendo como el vehículo, conducido por el acusado, se dirigía directa y violentamente a embestirlos", "con conocimiento de la capacidad homicida del vehículo e intención de acabar con la vida de los agentes".
"Los agentes intentaron salir rápido, para ponerse a salvo, si bien, el vehículo todoterreno BMW X5 impactó brutalmente" contra el lado del conductor en el instante en que el inspector bajaba del vehículo, por lo que su cuerpo fue "desplazado a unos metros del vehículo policial" para terminar "impactando bruscamente contra la calzada", relata la fiscal.
El agente en prácticas, que viajaba de copiloto, se lanzó del vehículo en el momento de la colisión y sufrió también importantes lesiones por el golpe.
El conductor del todoterreno se dio entonces a la fuga hasta que pudo ser detenido por otros dos agentes, no sin antes "golpear y forcejear" con ellos hasta ser finalmente reducido.
En el interior del vehículo se hallaron 17 fardos de hachís con un peso neto 497,012 kilogramos y THC de 36,4 %, valorados en 845.914 euros.
Como consecuencia "del violento y voluntario atropello", el inspector, de 35 años, sufrió la "amputación parcial de miembro superior izquierdo con fractura de húmero a nivel craneal", además de otras graves lesiones en distintas partes de su cuerpo.
De hecho, "dada la gravedad de las lesiones", aún no se conoce con precisión "el alcance de las secuelas", si bien le ha sido reconocido un 60 % de discapacidad.
A la espera de que se concreten esas secuelas, la Fiscalía pide al principal acusado que por el momento le indemnice con 1,5 millones de euros y con 3.000 al agente en prácticas.
Tras la detención fueron analizados los terminales telefónicos del acusado y se procedió a la intervención de los teléfonos de otros acusados.
De este análisis y del de las cámaras de vigilancias del Hotel Holidays Village de Benalmádena (Málaga), donde se alojó el principal acusado junto a otro procesado, y de donde se les ve salir el día del alijo de madrugada.
"Los dos se concertaron entre sí junto con otras personas que no han podido ser identificadas, con el fin de trasladar la sustancia estupefaciente para su posterior venta o distribución", sostiene la fiscal.