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El activista LGTBI Jesús Tomillero emprende una nueva aventura al frente de un kiosco

El que fuera el primer árbitro de fútbol en salir del armario, que llegó a ser una figura televisiva mediática, pasa a regentar un sencillo negocio con ilusión

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  • Jesús Tomillero y su kiosco. -

Jesús Tomillero ha sorprendido a propios y extraños con su nuevo gran desafío personal, el emprendimiento. El que fuera el primer árbitro de fútbol en hablar abiertamente de su homosexualidad después de sufrir indecentes agresiones físicas y verbales en el desempeño de su labor colegiada, testimonio que le llevó a ser una figura conocida a nivel nacional, se ha embarcado en una gran aventura con un sencillo negocio en Algeciras, un kiosco en la calle Gregorio Marañón con el que espera recuperar la ilusión y tener éxito en una franja de mercado altamente competitiva.

A sus 29 años, el presidente de la asociación proderechos LGTBI+ Roja Directa, que ha estado dedicado al activismo durante varios años, pero que como muchos otros ha tenido que ganarse la vida por cuenta ajena, confiesa que se quedó recientemente en el paro y algo hizo ‘click’ en su cabeza: “Quise poder emprender con la ayuda de muchas personas, con tan solo 29 años tengo 10 años cotizado y ahora soy autónomo. Los comienzos para emprender son muy difíciles pero confío en que poco a poco todo saldrá bien, por eso os pido vuestra ayuda, que compartáis este post y llegue al máximo de personas posibles”, manifestaba Tomillero en una publicación en sus redes sociales.

El amplio número de seguidores de Tomillero ha mostrado un enorme apoyo al exárbitro en esta empresa. El presidente de Roja Directa es muy activo en redes sociales, y recientemente ha dado también un giro a su vida en materia de salud con la utilización de un balón gástrico para solucionar sus problemas de sobrepeso, un proceso que ha compartido a través de sus redes sociales y en el que todos los que le siguen se han volcado incondicionalmente.

Gusilupy es el nombre de este pequeño establecimiento en la calle Gregorio Marañón, en el que vende productos de alimentación y golosinas, y que también ejerce como punto de recarga. Asegura que se está dedicando a ello sin descanso: “estoy dedicando 17 horas diarias sin descanso. Nos encontramos en calle Gregorio Marañon piso 8 local 1”, recuerda.

“Ahora más que nunca necesito tu ayuda”, señala Tomillero. Como no podría ser de otro modo, desde VIVA le deseamos a Tomillero la mayor de las suertes y que este cambio suponga un auténtico revulsivo en su vida.
 

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