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Los pantanos mejoran dentro de la gravedad gracias a las lluvias de las últimas semanas

Charco Redondo y Guadarranque superan los 50 hectómetros cúbicos frente a los 42 de hace apenas cinco meses

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Charco Redondo, el 11 de marzo de 2024

Charco Redondo, el 10 de octubre de 2023

Charco Redondo, el 11 de marzo de 2024

Charco Redondo, el 10 de octubre de 2023

La palabra sequía debe ser una de las más repetidas a lo largo de los últimos meses en el Campo de Gibraltar en los medios de comunicación y entre la población. No es para menos. La delicada situación de los embalses de la comarca, al igual que sucede en muchos otros puntos de la geografía andaluza y española ha obligado, entre otras medidas, a restricciones de agua y bajadas de presión. Sin embargo, sin salir de la gravedad, el paso de la borrasca Mónica se ha dejado notar en los pantanos.

Las lluvias de los últimos días, que comenzaron a medidados de la pasada semana, han nutrido los embalses de buena parte de Andalucía y la provincia. En el Campo de Gibraltar ha sido más de lo mismo, con un incremento notable de 11 hectómetros cúbicos en cuestión de una semana, según datos de la red Hidrosur. El pasado día 4 de marzo, Charco Redondo y Guadarranque, los principales de los que se nutre la comarca a excepción de Tarifa, contaban con un total de 42 hectómetros cúbicos, mientras que ahora se sitúan en 53,34. Siguen estando lejos, eso sí, de las cifras de hace un año, cuando atesoraban 80,6 hectómetros cúbicos.

Cabe recordar, para situar la gravedad de la situación, que el límite de emergencia determinado por la empresa pública Arcgisa está en 41,5 hectómetros cúbicos, que equivale, aproximadamente, a algo menos de un año de consumo en condiciones normales.

Además de las copiosas precipitaciones regaladas por Mónica, fueron sus predecesoras quienes allanaron el terreno al humedecer las tierras ya cuarteadas y secas que aguardaban como agua de mayo (o de invierno en este caso) las lluvias para hidratarse. Con estos terrenos ya apenas quedándose agua, la gran parte ha acabado embalsada, propiciando esta subida de los niveles.

Aunque los datos son claros, la muestra principal para el ciudadano es la simple vista. Como pueden ver en las imágenes que acompañan a esta noticia, el pasado mes de octubre el agua ocupaba un ínfimo espacio en el embalse de Charco Redondo. Incluso las tierras estaban cuarteadas alrededor del depósito de agua. Actualmente, aún lejos de los años de bonanza cuando el puente quedaba completamente sumergido, bajo las columnas de este se aprecia una mayor cantidad de líquido elemento, además de un reverdecimiento de toda la superficie, con las plantas aflorando.

Aún queda mucho camino que recorrer y, pese a que las correntías pueden regalar algo más de agua en los próximos días, el Campo de Gibraltar sigue pendiente y más que nunca de sus pantanos.

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