El Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR) de la Universidad de Cádiz (UCA) y la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, con la colaboración de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), han instalado seis arrecifes artificiales o Estructuras Autónomas de Monitoreo de Arrecifes, conocidas como ARMS por sus siglas en inglés, en el Puerto de Tarifa. El objetivo de este fondeo es la detección temprana de la llegada de especies exóticas y así poder dar una respuesta durante las primeras fases de la invasión. Una acción que forma parte del proyecto GIBMAR-BB, de ‘Marine Biodiversity Baseline for the Gulf of Cadiz and Strait of Gibraltar as a Response to Global Change’, cuya investigadora principal es Leila Carmona, programa financiado con fondos Next Generation y coordinado desde la Fundación del Campus de Excelencia Internacional Global del Mar (CEI·Mar).
El proyecto GIBMAR-BB se desarrolla en el marco de la línea de actuación ‘Observatorio y monitorización del medio marino y litoral’ del Plan Complementario de Ciencias Marinas de Andalucía, financiado con recursos procedentes del Fondo de Recuperación «Next Generation EU» y cofinanciado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía. A su vez, esta iniciativa participa en las acciones de coordinación llevadas a cabo por el proyecto de dirección científica del Plan Complementario ‘ThinkInAzul-Andalucía’ de la Fundación del Campus de Excelencia Internacional Global del Mar (CEI·Mar) y cuyo objetivo es el aprovechamiento de sinergias entre las instituciones que participan en el plan de Andalucía y entre el resto de las comunidades autónomas en el ámbito de las ciencias marinas, con especial foco en la complementariedad de sus actividades para lograr la generación de soluciones tecnológicas innovadoras que incrementen la competitividad de la industria y la mejora de la calidad de vida de la sociedad andaluza.
Así, se han colocado seis arrecifes artificiales dentro del puerto. Además, hay otra media docena en el exterior, en el entorno de la Isla de Tarifa. En octubre, se llevará acabo la segunda fase de este experimento de traslocación, habiendo fondeado para entonces un total de nueve ARMS en el puerto tarifeño. Este proyecto se completa con otros 15 arrecifes artificiales fondeados en la provincia, concretamente en la playa de Getares y a la entrada de la Bahía de Cádiz.
Los ARMS son estructuras diseñadas para imitar la estructura del sustrato rocoso y proporcionar espacios para la colonización y el asentamiento de una gran variedad de organismos. Así, con su instalación podrá caracterizarse la biodiversidad marina del Estrecho de Gibraltar (y del Golfo de Cádiz), generando datos directamente comparables con otros observatorios europeos de la Red de Observación de la Biodiversidad Marina (ARMS-MBON). Un estudio que facilitará detectar las variaciones de las comunidades bentónicas como consecuencia del cambio global.
Estas estructuras imitan de forma muy fidedigna el hábitat natural. En la primera fase se fondearon seis arrecifes artificiales, cuya superficie máxima es de 45 por 35 centímetros. Cada uno de ellos irá unido a un bloque de hormigón, con un peso de 30 kilos. Los ARMS fondeados en el Puerto de Tarifa permanecerán sumergidos seis meses (fase de reclutamiento de organismos), estableciendo dos muestreos: a los tres meses de su colocación y al final de la investigación, pasados los seis meses de reclutamiento. El muestreo periódico de los captadores permitirá caracterizar la biodiversidad asociada al entorno portuario, con el objetivo principal de detectar tanto las especies exóticas ya establecidas como la detección temprana de la llegada de nuevas especies.
El Estrecho de Gibraltar representa uno de los principales puntos calientes mundiales de biodiversidad, concentrando un gran número de especies amenazadas o endémicas. Además, esta zona es crucial para monitorear la llegada y expansión de especies no autóctonas, porque es una de las principales vías por la que pueden llegar al Mediterráneo. Asimismo, los cambios en la distribución de especies debido a la tropicalización del mar, por el cambio global y el intenso uso humano de la zona, están transformando las comunidades bentónicas residentes (organismos acuáticos que habitan el fondo del mar). Es el caso de la expansión del alga invasora Rugulopteryx okamurae.
La información obtenida, además de ser usada con fines docentes y divulgativos, será de utilidad para el futuro desarrollo de protocolos, sistemas o mecanismos de prevención y control del asentamiento de especies exóticas. Este trabajo incluirá la observación de la resiliencia de las especies autóctonas ante la llegada de las foráneas (alóctonas), siguiendo así la hipótesis que sugiere que las comunidades muy diversas serán más resistentes a una invasión.