Ahorro, un ahorro millonario, y por tanto, el lucro, podrían estar detrás del depósito de material residual, tanto potencialmente tóxico como inerte, en los rellenos de Eastside en la cara este de Gibraltar para la ejecución de un proyecto inmobiliario. Según un informe al que ha tenido acceso VIVA, que analiza los riesgos y potenciales beneficios de arrojar residuos al mar y que habría elaborado una empresa puntera del sector, se cuantifica el potencial ahorro en transporte de residuos no peligrosos a una planta de reciclaje en aproximadamente de 7 a 9 euros por tonelada, un ahorro que sería aún mayor en el caso de los residuos peligrosos, con lo que el ahorro “en costos de transporte de residuos a la planta de descontaminación” se cuantificaría en “entre 15 y 18 euros por tonelada”.
Añadamos ahora el ahorro en tratamiento de dichos residuos: si hablamos del reciclaje de residuos no peligrosos e inertes, nos plantamos en un ahorro en costos asociados al tratamiento y reciclaje de residuosde entre 8 y 10 euros por tonelada; el cual se dispara en el caso de los residuos peligrosos, con entre 90 y 100 euros por tonelada.
Llevemos ahora esto a cantidades millonarias de residuos, que es lo que parece que tenemos sobre la mesa, según los indicios (no hay más que ver la montaña de material acumulado en la zona de los rellenos). Si disponemos de un millón de toneladas de residuos, entre inertes y peligrosos, en una proporción de 85% como residuo inerte/no peligroso y un 15% restante peligroso, estaríamos hablando de un lucro económico de hasta 33,8 millones de euros.
A la sospecha de utilización en estos rellenos de material tóxico sumemos el hecho de que deshacerse de este material utilizándolo junto con los cubos de hormigón previstos para dichos rellenos es hasta 10 veces más rentable que en el caso de los residuos inertes si lo comparamos con el coste de su traslado y tratamiento en plantas especializadas.
Hay que tener en cuenta que estas empresas, para deshacerse de los escombros y los residuos, tienen que traspasar la frontera, aspecto en el que desde la pandemia han encontrado numerosas trabas, y trasladar los residuos a plantas al otro lado de la Verja como en Jerez, Los Barrios o Casares, con los costos de transporte, combustible y tratamiento y reciclaje posteriores.
Si a eso le unimos la tranquilidad que para el Gobierno de Gibraltar supone que se garantice la continuidad y desarrollo del proyecto, además del consecuente beneficio del acuerdo alcanzado con TNG en 2021, pues todos contentos.
El informe señala, obviamente, la posibilidad de inconvenientes, derivados de posibles denuncias por parte de colectivos, principalmente ecologistas, y que podrían llevar a sanciones importantes, por el depósito de estos materiales bajo el mar, detallando posibles afectaciones al entorno marino y las especies que en él se encuentran, la actividad pesquera o las afectaciones al turismo y las actividades recreativas.