La histórica Villa Patricia, conocida popularmente como "La Villa Fantasma", situada en la calle San Nicolás, comenzará en unos días las esperadas obras de restauración para devolverle el esplendor perdido tras años de abandono. Este edificio emblemático de la ciudad de Algeciras, catalogado como Bien de Interés Urbanístico y Botánico, será rehabilitado gracias a la iniciativa de su propietaria, la Federación Escuela Católica, que asumirá íntegramente los costes de la reforma, estimados en unos 500.000 euros.
La construcción de Villa Patricia se remonta al siglo XIX, cuando fue concebida por un constructor en homenaje a su esposa, Ana Patricia Mendoza, una mujer gibraltareña cuyo nombre dio origen a este histórico inmueble. Durante su trayectoria, la villa albergó a las monjas de la congregación de las Adoratrices, antes de ser tapiada, iniciando así un lento deterioro que amenazó incluso con su demolición hace unos años. Concretamente en 2019, la Federación solicitó que se descatalogara como Bien de Interés, para proceder a su derribo. Sin embargo, tras varias negociaciones con la Administración local, la entidad optó por restaurarla en línea con el compromiso municipal de proteger el patrimonio y promover su valor histórico y turístico.
Para el Ayuntamiento, la recuperación de Villa Patricia supone un hito en la preservación del legado urbano y cultural de la ciudad. 'Es un paso importante para contribuir con el desarrollo de la zona, y convertirla en un punto de interés turístico', aseguran fuentes municipales. El proyecto incluye un plan para transformar la planta baja en un aula de 135 metros cuadrados, que podrá ser utilizada para actividades educativas y culturales, integrando el edificio en la vida local.
Se espera que las obras, cuya duración estimada es de un año, permitan conservar la esencia arquitectónica del inmueble, recupereando así su relevancia como uno de los puntos más representativos de la ciudad. Ya queda menos para que Villa Patricia deje atrás el sobrenombre de Villa Fantasma, y vuelva a lucir con orgullo como símbolo de patrimonio histórico.
