El fatídico incendio registrado la noche del martes en una vivienda de la calle Pablo Díaz, en Algeciras, se saldó con la muerte de Mohamed, un hombre de 78 años de nacionalidad saharaui, que residía en el inmueble desde hacía años. Los bomberos del Consorcio Provincial encontraron su cuerpo sin vida en una de las estancias de la casa.
Los vecinos, conmocionados por lo ocurrido, han narrado en exclusiva para 7TV y VIVA Campo de Gibraltar, esos primeros momentos del siniestro que desempeñaron un papel clave para que la tragedia no fuera a más. Algunos ayudaron a evacuar a una anciana y a varios niños que se encontraban en las viviendas colindantes, logrando evitar un drama de mayores proporciones. "Si no llegamos a actuar nosotros, esto podría haber sido mucho peor", cuenta uno de los testigos.
La labor de los bomberos se complicó por la estrechez de la calle, lo que dificultó el acceso de los vehículos de emergencia a ciertas zonas. Sin embargo, la acción conjunta de vecinos y equipos de seguridad permitió controlar la situación y evitar que el fuego se propagara a otras viviendas.
Mohamed, quien vivía solo, era conocido y apreciado en el barrio por su amabilidad y esfuerzo. Su casa, llena de colchones, sillas y enseres, reflejaba su sustento: recogía chatarra para poder sobrevivir. Según los testimonios, el incendio podría haberse originado con un hornillo que utilizaba habitualmente para preparar té moruno y calentarse. Los vecinos sospechan que el aparato cayó al suelo y prendió fuego al material acumulado en la vivienda.
Aunque aún se esperan los resultados de la investigación oficial, el suceso ha generado una gran conmoción en el barrio. "Era un buen hombre, siempre con una sonrisa. Nos parte el alma lo que ha pasado", lamentaba un vecino. La tragedia reaviva la importancia de reforzar la seguridad en viviendas con condiciones vulnerables para evitar más episodios como éste.
Una vez más, como ya vimos en tragedias recientes como la de Valencia, se demuestra que en este país la acción ciudadana y la valentía de los vecinos son, a menudo, el primer y más crucial eslabón en la cadena de salvamento.
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