Se trata de una novela de Manuel Barrios, escritor nacido en La Isla, aunque gran parte de su vida profesional transcurrió en Sevilla hasta su muerte. Cuando recibimos un regalo, lo hacemos con sorpresa y agradecimiento. En el caso de un libro, además, disfrutamos del contento desde que lo cogemos. En la mano y junto al cuerpo camina hacia el habitáculo, hacia el lugar que ocupará mientras dure su lectura. Es una relación preciosa, silente e íntima que se ha iniciado con la lectura del título, que va creciendo mientras pasan las páginas, que antes de terminar su lectura ocupa su sitio por derecho en nuestro imaginario. Es lo que nos ocurre a los lectores voraces, necesitamos la lectura para vivir, porque vivimos por ella.
La Espuela es de los libros que invitan a leerlos despacio, porque su lenguaje es un trabajo de orfebrería, como en su momento lo hicieron Gabriel Miró, Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez. Manuel Barrios, por contemporaneidad, forma parte de la Nueva Narrativa Andaluza, aunque muchos de los autores no se reconocieran en el grupo. Como todos los de la generación de los cincuenta, iban sobreviviendo a la posguerra y al tremendismo, sin embargo,el grupo de los andaluces, en su mayoría,retrataron la vida en el cortijo, el caciquismo, la opresión, la represión, la dureza de sol a sol y las noches de las francachelas en las ventas con cierre por ordendel señorito para disfrutar con su séquito. Manuel Barrios narra estos planos de manera muy descriptiva, escenas por las que aparecen imágenes y detalles alumbrados con palabras andaluzas sin distraer al lector. Es una lectura ágil, dinámica y, sin embargo, pausada, que se saborea poco a poco a lo largo de los once capítulos entre los que discurren la medianoche y el amanecer, el entreclaro de las ocho de la mañana (sic) que vaticina un día particular.
Se trata de una novela de taller de lectura y de narrativa, porque invita al análisis por el esquema y el tema por la psicología del personaje, porla influencia del protagonista sobre los secundarios y la de estos sobre él, por la importancia de los silencios, por la forma de esculpir mostrando los pensamientos que corren por ellos, por los diálogos pulcramente llevados, por los cantes que salpican el texto entre la afirmación y la advertencia(A esta mula de punta le gusta el grano. Aligera y no comas, que viene el amo) y un sinfín de sugerencias que suscitan comentarios. La Espuela es un soplo de aire que nos envuelve y nos aísla, como sugería Ortega y Gasset, mientras vamos haciendo nuestro propio examen al personaje. Una novela de lectura obligada que aumenta su calidad literaria a medida que avanzamos.Una novela para releer viendo cómo el tiempo desgasta las páginas.