La música española pierde hoy a uno de sus grandes maestros. Felipe Campuzano, pianista y compositor gaditano, ha fallecido a los 79 años en Marbella, ciudad en la que residía desde hace años. Campuzano deja tras de sí una trayectoria artística que convirtió su piano en la voz de Andalucía, reflejando en cada nota el alma de su tierra.
Nacido en 1945, Campuzano demostró desde joven una inclinación especial por la música. Su formación comenzó en el Conservatorio de Cádiz y se consolidó en Madrid, donde obtuvo el premio nacional Fin de Carrera, un reconocimiento que le abrió las puertas de Juventudes Musicales y le llevó a recorrer el mundo como concertista. Su arte sonó en universidades americanas, Emiratos Árabes y Europa, pero siempre con la mirada puesta en Andalucía, su eterna inspiración.
Cádiz y su esencia flamenca marcaron su vida y su obra. Cercano a figuras como el Beni de Cádiz, su música bebía de la tradición popular, llevándola a un nivel de elegancia y sensibilidad inigualables. Su pasión por la ciudad quedó reflejada en momentos inolvidables, como cuando, en la Madrugá del Jueves Santo, tocó el piano al paso de la Hermandad del Nazareno, un instante de emoción pura que aún resuena en la memoria de muchos gaditanos.
Aunque nació en Palma de Mallorca, Felipe Campuzano siempre fue gaditano de alma. Su amor por Cádiz y su compromiso con la música le hicieron merecedor de numerosos reconocimientos, como el premio Novia del Sol que recibió en Algeciras en 2021.
Su vida y obra, profundamente ligadas a Andalucía, hicieron de su piano un canto a su tierra, al flamenco y a la esencia gaditana que siempre llevó en el corazón. Hoy, su piano enmudece, pero su legado seguirá sonando en cada rincón de Andalucía. La música despide a un maestro, pero su obra, como su espíritu gaditano, será eterna.
