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La lluvia deja Sevilla sin Martes Santo

Ninguna de las cofradías se arriesgaron a procesionar en un día, primero de previsiones y luego de chaparrones

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  • Zoido en el Cerro -
Martes Santo encapotado en Sevilla. Y sin cofradías que se arriesgaran a salir a la calle. Si en las primeras horas sólo eran previsiones las que auguraban una lluvia que no llegaba, la tarde se cerraba a golpe de truenos y chaparrones arruinando las esperanzas de los cofrades sevillanos, que intuían que ya el Martes Santo ninguna cofradía se iba a arriesgar a mojar a sus titulares. Y así fue, con El Dulce Nombre se cerraba cualquier posibilidad de Martes Santo, la lluvia, de nuevo, se volvían protagonistas de la Semana Santa.

Aunque a lo largo de toda la jornada eran sólo las previsiones las que marcaban las decisiones de las distintas hermandades, los truenos que avisaban de la que iba a caer antes de que La Candelaria optara por no salir hacían evidente que ninguna hermandad haría la estación de penitencia. Las probabilidades de lluvia que anunciaban, de hasta el 80% entre las seis y las ocho de la tarde, se cumplieron y hasta se extendieron hasta la madrugada. Las cinco hermandades que sin lluvia e incluso hasta con rayos de sol esporádicos habían decidido no salir, acertaron, con mucho pesar para hermanos y cofrades, pero la tromba de las siete les hubiera cogido a todas en medio de su recorrido procesional.

La primera en tomar la decisión era la hermandad de El Cerro, que aunque pidió una hora de prórroga para decidir qué hacer, las altas probabilidades de lluvia vespertina pesaban para la popular cofradía, con un barrio volcado que ya el pasado año sufrió las consecuencias de las inclemencias meteorológicas. Su largo recorrido y la dificultad para resguardarse en determinados puntos de su camino pesaron en la decisión de su Junta de Gobierno.  

La siguiente hermandad que decidió no salir fue San Esteban, que tras más de una hora de espera, sobre las 15.50 horas, anunció que no realizaría este año su estación de penitencia. En cambio, realizarán un vía crucis con Lignum Crucis y San Juan de Ribera traídos desde la casa de Pilatos.

A San Esteban le seguía Los Estudiantes. Según su hermano mayor, el patrimonio humano y las imágenes son mucho más importantes y poco antes de que comenzara a diluviar en Sevilla trasladaban sus imágenes de la Universidad a su capilla. Fue el único momento cofrade, aunque escaso, que pudo vivir Sevilla del Martes Santo, morando al cielo ante los nugros nubarrones que auguraban la que poco después caería sobre la capital.

Tras Los Estudiantes, Los Javieres dejaba a sus titulares en la parroquia del Omnium Santorum y era su hermana mayor, Maruja Vilchez, la que comunicada la decisión a los hermanos, tan distinta a la que adoptó el año anterior, cuando la lluvia estrenó su primer año al frente de la Hermandad.

San Benito aguantó tres cuartos de hora para anunciar que no salía a realizar su estación de penitencia. Su hermano mayor anunciaba hasta un 70 por ciento de posibilidades de precipitaciones hasta las 20.00 horas por lo que decidió no arriesgar.

La lluvia llegó poco después. La anunciaban unos fortísimos truenos que retumbaban en toda Sevilla, bajada de tensión eléctrica incluida. La Candelaria, que también había retrasado su salida para esperar si se cumplían los pronósticos que hasta ese momento no se habían hecho efectivos, se rendía a la evidencia. Los partes que manejaban ni le aconsejaban esperar. Demasiadas probabilidades de lluvia y durante demasiadas horas.

La tormenta descargó con fuerza sobre Sevilla. Los nazarenos de las hermandades se mezclaban con los cofrades y turistas que intentaban buscar refugio donde podían. La carrera oficial vacía, las sillas sin presencia, todo seguía mojado y seguiría... La decisión de Santa Cruz y El Dulce Nombre de no procesionar parecía la más lógica. Y así lo anunciaron pocos minutos antes de que comenzara su estación de penitencia.

El Martes Santo quedaba roto por la lluvia, un año más. Las previsiones, crueles a veces cuando aseguraban con tanta insistencia que habría agua cuando no había caído ni una gota, se cumplieron. Los radares que anunciaban la masa de agua que podía descargar en Sevilla, acertaron. Y tanto que acertaron.

Por su parte, la Junta de Gobierno de San Gonzalo, cofradía que el Lunes Santo se arriesgó y salió en procesión a pesar del aguacero que cayó, se reunía con el CECOP para preparar el traslado de sus pasos a su parroquia en el Barrio León. El traslado del misterio de San Gonzalo se realizará el domingo a las 16.00 horas sin música y con 40 parejas de cirio y cuando el Cristo llegue a San Jacinto se le unirá la Virgen, que se encuentra resguardada en la capilla de La Estrella y que sumará al cortejo otras 40 parejas de cirio más.

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