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Luque asegura que el arma se detonó sola pese a que disparó dos veces

Los policías atestiguan que, en un momento del tiroteo posterior a la muerte del agente Juan Montiel, llegó a afirmar que ya había matado a un policía y que no le importaba matar a más

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  • Momento del juicio de Francisco Luque por el asesinato de Juan Montiel. -

“Me parece que he matado a Juan sin querer”. Esto fue, al menos según lo expuesto por el fiscal del caso, lo que Francisco Luque le dijo a uno de sus hijos cuando le llamó, momentos después de haber asesinado, supuestamente, al hombre que había sido su vecino, su confidente, y su amigo.  Juan Montiel, policía nacional en segunda actividad, yacía entonces en el patio de su vivienda, en la calle Estornino, de la barriada de El Acebuchal, con dos disparos mortales en su cuerpo.

Luque había disparado su escopeta contra él, según los indicios encontrados, a un metro y medio de distancia, y por la espalda, mientras éste se hallaba de rodillas limpiando su vehículo.  “Sin querer” Francisco Luque declaró, en un primer momento, que había tenido una disputa con Montiel esa tarde. Ayer negaba incluso haber hablado con él, ni haber discutido en una sola ocasión.

En un momento del juicio, llegó a afirmar que para él era “más que un padre” y que “todos los problemas se los contaba a él”.  Su versión de los hechos, a preguntas del fiscal, es que los disparos no fueron intencionados. Afirma que se encontraba limpiando el arma, sobre el poyete de su balcón, a varios metros de altura, y que la escopeta se disparó.

Al mirar, vio que había matado a Montiel. Esta versión fue duramente cuestionada por el fiscal, quien llegó a decirle en pleno juicio que no se lo creía. Primero, por el hecho de que el arma se disparase dos veces; segundo, porque el propio acusado reconoce que cayó hacia atrás tras el primer disparo, por lo que tuvo que incorporarse y volver a disparar. Ante esto, el acusado dijo que fueron “dos disparos en uno”. 

Terror para los vecinos

Cuatro vecinos de Montiel y Luque sufrieron amenazas y detención ilegal del acusado, según indicó la Fiscalía. Según los diferentes testimonios, llegó a encañonar a residentes de la zona y a amenazarlos de muerte. A uno incluso le habría obligado, supuestamente, a comprobar si el policía estaba muerto. Después, se atrincheró en su casa y disparó a cada policía que se acercaba al lugar. Uno de los agentes atestiguó que una de las balas pasó silbándole los oídos, hizo referencia a la buena puntería del acusado, a que disparaba a matar, y corroboró que Luque llegó a decir: “Ya he matado a un policía y no me importa matar a más”.

Luque, de 67 años, asevera que tras la muerte de Montiel consumió hachís. El fiscal, por su parte, le recordó que esa noche se armó de cafeína para aguantar la operación policial. El fiscal le llegó a preguntar si él respetaba a la Policía. “Ese día no le hice caso a nada porque era yo”, argumentó. Los GOES, agentes de operaciones especiales, fueron también recibidos a balazos. Finalmente, y tras una negociación fallida, Luque fue reducido más tarde de las 5.00 horas. 

Un hombre querido

Entre los asistentes al juicio había varios familiares y vecinos de la víctima del tiroteo. Todos comentaban entre sí lo buena persona, lo querido y respetado que era Montiel, tanto dentro del cuerpo como en su vida cotidiana. Juan Montiel era policía nacional en segunda actividad en el puerto. En toda la barriada se le conocía como una persona servicial, siempre dispuesta a echar una mano. También los policías nacionales que acudieron a testificar ayer remarcaban la bondad de la víctima.

El propio Francisco Luque, autor de los disparos, reconocía durante el juicio la buena relación que tenía con el policía, que era su confidente y que le ayudó en numerosas ocasiones, arreglándole tuberías, con la instalación eléctrica e incluso apalabrando con él la instalación de un portero automático. Durante la vista de ayer, se dio cuenta, a través de las declaraciones del proceso de instrucción, de que Montiel era conocedor de toda la problemática personal de Francisco Luque, con su última mujer y alguno de sus hijos, y se sugirió que Montiel podría haber estado asesorándole para poner una denuncia. Luque había declarado antes, aunque ayer lo negó, que sentía que Montiel había traicionado su confianza.

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