La ejecución de cualquier obra pública que afecte a la vida cotidiana de los ciudadanos es siempre un elemento controvertido, especialmente durante el periodo de ejecución de la misma, por las molestias que pueda causar o las incertidumbres que genere entre los vecinos afectados. Puede que sea esto lo que está ocurriendo con la obra prevista en la zona de Las Góndolas, y que ha dado origen a un movimiento vecinal que -de forma muy respetable- se ha posicionado en contra de la ejecución de la misma.


Pero a mi juicio conviene analizar los hechos por partes. En primer lugar, este grupo de vecinos alega falta de sensibilidad por parte del Ayuntamiento, al no atender sus peticiones. Sin embargo, la ejecución de la obra se ha paralizado hasta que esta situación se aclare. Es evidente que se debe gobernar atendiendo a las sensibilidades de los ciudadanos, pero también ha de hacerse respetando la normativa existente. Este proyecto ha pasado todos los trámites, sin que tuviera ninguna alegación. Al tratarse de una obra considerada de interés general cuenta con todas las autorizaciones. No obstante, el Ayuntamiento y la Confederación han paralizado la obra hasta resolver las dudas de los vecinos. Creo que esto sí tiene que ver con la sensibilidad que se está demandando.


Por otro lado, tanto en las Empresas Municipales como en el Ayuntamiento en general hemos estado y seguimos estando abiertos al diálogo con los vecinos. Es posible que de otras cosas se nos pueda acusar, pero creo que de falta de disposición al diálogo, no. En concreto, se han producido al menos hasta tres reuniones en las que han participado los presidentes de las Comunidades de Vecinos, el Delegado del Distrito, técnicos de la Confederación y técnicos de Emasesa. Y, por supuesto, cualquiera de estas entidades sigue estando abierta a dialogar con los vecinos y explicarles y aclararles todas las dudas que puedan tener.


Por ejemplo, en estas reuniones se explicó que se trata de una obra necesaria, de interés general, y que sirve para reducir los riesgos de inundaciones en los momentos de lluvias torrenciales. Y que esta infraestructura no puede tener una ubicación escogida al azar, sino que, para que sea eficiente, tiene que estar muy cerca del lugar de confluencia de los colectores, que es precisamente el lugar que se eligió.


También se explicó que no existe riesgo de afección a los edificios colindantes, tanto por el método de construcción elegido, mediante muros pantalla y excavación en mina, sin necesidad de anclajes, como por el tipo de cimentación de estos edificios, y la distancia a los mismos.


De la misma forma, se pudo informar que las aguas pluviales recogidas en el depósito se almacenan durante un período de tiempo mínimo, minutos o pocas horas, que se corresponde con el tiempo necesario para que la cuenca vuelva a tener capacidad de transporte. Al ser tiempos tan cortos y aguas tan diluidas no puede haber generación de gases. Es decir, en estos depósitos no se almacena agua más que el tiempo necesario para poder evacuarla de nuevo a la cuenca.


Por lo que respecta al aspecto exterior, la única construcción que lleva esta obra es una casetilla de acceso, un cuadrado de unos 4 mts de lado, sin maquinaria ruidosa, y por la que se accede a la instalación. El resto se dejará en las mismas condiciones en que se encuentra en la actualidad, y de hechoes una excelente oportunidad para reurbanizar y adecentar la zona, mejora de aparcamientos, dotaciones, etc, siguiendo los criterios de los vecinos, como se ha hecho en otras instalaciones similares. La capa de dos metros de espesor quela recubre permitirá restituir el arbolado y la vegetación existente. Es cierto que para que algunas de las especies alcancen la dimensión actual habrá que esperar su crecimiento, pero esto ocurre en cualquier obra similar.


Estos y otros aspectos se han explicado en las reunionesmantenidas, pero por supuesto tenemos que seguir explicándolo las veces que hagan falta, directamente o a través de la prensa, hasta que los vecinos entiendan que no existen riesgos, que no les va a alterar su vida más que el periodo de ejecución y que, sobre todo, esta obra viene a reducir un riesgo verdaderamente importante.