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Trabajadores de Bankia en la comarca secundan el tercer día de paros parciales

Mañana miércoles estarán en huelga durante toda la jornada por el ERE que ha presentado la empresa y que afecta a cerca de 6.000 trabajadores

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  • Los trabajadores de Bankia, al fondo, durante su jornada de protesta -

Los cerca de 25 trabajadores de las oficinas de Bankia en el Campo de Gibraltar (las tres sucursales que hay en de Algeciras, otra en La Línea y una más en Tarifa) han secundado en el día de hoy la tercera jornada de una hora de paro para protestar por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha presentado la dirección nacional y que afecta a unos 6.000 trabajadores en todo el país.

De hecho, para mañana miércoles, hay prevista una jornada de huelga durante toda la jornada por lo que los clientes sólo podrán ser atendidos por los cajeros automáticos.

Miguel Esteban, responsable comarcal de Comfía-CCOO, ha indicado a los medios que "esta pasada noche ha habido un avance, habiendo prejubilaciones, que es lo que se está negociando, y posiblememte se suban los días de indemnizaciones que se suba de entre 22 a 30. Hasta la fecha no tenemos notificación de que no se haya desconvocado la huelga por lo que en principio, y salvo que las negociaciones lleguen a buen puerto, mañana no se trabajará. Tenemos hasta el día 8 para negociar".

Estima Esteban que la comarca se verá afectada por este ERE. "Estamos pendientes de cómo vayan las negociaciones. Lo más probable es que aquí se cierren algunas oficinas, porque esa es la política de la empresa. Ya con la fusión entre Bankia y Caja Madrid se cerraran varias y aunque no tenemos datos seguros, en Algeciras perderemos alguna de las tres sucursales que hay".

Mientras, en Madrid, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, se enfrenta al primer ERE que aplica desde que trabaja en banca y quiere pactar el ajuste con los sindicatos antes del viernes, día que finaliza el plazo de consultas. En esta línea, el banco ha mejorado las condiciones que hasta ahora había ofrecido, pero que por el momento no evita la primera huelga del sector desde la década de 1990.

El expediente de regulación de empleo es para 4.900 trabajadores, a los que se unirán otras bajas por venta de negocios y externalización de servicios hasta llegar a los citados 6.000 trabajadores, equivalentes al 28% de la plantilla.

El banco propuso abonar una indemnización de 22 días por año trabajado, con un tope de 24 mensualidades. Además, los empleados que continuen en el grupo sufrirían rebajas salariales permanentes y otras temporales, como la supresión de la remuneración variable.

Ahora, el banco mejora estas condiciones y, en el caso de los trabajadores que se inscriban en el expediente de forma voluntaria, la indemnización crece hasta 24 días, con un máximo de 26 mensualidades, según fuentes sindicales. Además, la entidad estaría abierta a aceptar parte de la propuesta de los sindicatos, como que parte de las bajas pudieran producirse con prejubilaciones.

Por su parte, NCG Banco también mejoró a 28 días y 18 meses la indemnización ofrecida a los 2.900 trabajadores. Antes propuso 23 días por año con 14 meses y de 25 días y 18 meses para mayores de 55 años. NCG cree que se pueden reducir a la mitad los despidos abriendo por las tardes las oficinas. Los sindicatos han presentado una contrapropuesta.

En paralelo a estas protestas, la dirección de Novagalicia Banco, también reunida hoy con los sindicatos, ha presentado una oferta para reducir los 2.250 despidos previstos en la entidad que los representantes de los trabajadores han rechazado.

Fuentes sindicales han explicado que la propuesta de la entidad se refiere a la conclusión de 35 contratos temporales y el despido de otros 67 que tenían el contrato suspendido desde el ERE anterior.

También ha planteado otras medidas de ampliación de horario comercial y reducción de jornada, que permitirían a la empresa la suspensión de otros 200 contratos que se reducirían de los despidos previstos.

Fuentes sindicales han considerado "curioso" que les propongan el despido de personas que tendrían que reintegrarse a la empresa tras el ERE anterior y, al mismo tiempo, la suspensión de un colectivo que, de ocurrirle como al anterior, no tendría la seguridad de reincorporarse.

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