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El Tesoro de EEUU lanza un plan millonario para comprar activos ?tóxicos?

El Tesoro de EEUU lanzó ayer su medida más agresiva para sanear la banca y restaurar el flujo en el mercado de crédito, al anunciar que comprará, junto a inversores privados, activos tóxicos por un importe de hasta un billón de dólares.

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  • El presidente de EEUU, Barack Obama (2d), y su equipo económico presentaron ayer un plan de ayuda a la banca. -
El Tesoro de EEUU lanzó ayer su medida más agresiva para sanear la banca y restaurar el flujo en el mercado de crédito, al anunciar que comprará, junto a inversores privados, activos tóxicos por un importe de hasta un billón de dólares. 

La medida, largamente esperada por los inversores, fue recibida con entusiasmo por las bolsas y especialmente por Wall Street que, a media mañana, subía casi un 4% impulsada por las acciones de los bancos. 

Desde hace semanas, los expertos reprochaban al Gobierno de Barack Obama haberse distraído con otros planes y no haber actuado con contundencia en el epicentro de la crisis económica, como es la mala salud del sistema bancario. 

Ya el pasado 10 de febrero, las bolsas se desplomaron al observar, decepcionadas, que el secretario del Tesoro, Timothy Geither, convocó a la prensa para hablar del plan y concluyó su intervención si dar detalles. 

Los bancos en EEUU tienen sus cuentas intoxicadas con activos de mala calidad debido a inversiones fallidas, fundamentalmente vinculadas a las hipotecas subprime, incobrables, lo que les impide acudir a los mercados de crédito y contar con los recursos suficientes para prestar dinero a las empresas y a las familias. 

Con el mercado de crédito casi paralizado, el Departamento del Tesoro ha elaborado un plan para reflotar la banca sin nacionalizarla, tal y como piden los legisladores republicanos. 

El plan consiste en sacar de los balances de los bancos todos estos activos del mercado inmobiliario que no tienen liquidez, y que están intoxicando sus cuentas. La compra se hará con dinero público, pero también de inversores privados.
De hecho, el propio secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo ayer en rueda de prensa que los inversores tienen que estar dispuestos a “asumir algunos riesgos” si quieren que la medida funcione. 

El objetivo es retirar de los balances bancarios unos 500.000 millones en activos tóxicos, aunque el programa se ampliará hasta un billón de dólares si funciona. 

Para empezar, el Gobierno comprometerá en este Programa de Inversión Publico-Privado entre 75.000 y 100.000 millones de dólares procedentes del plan de rescate financiero que el Gobierno Bush lanzó en octubre, dotado con 750.000 millones. 

Curiosamente, la idea inicial del anterior plan de rescate era adquirir los activos tóxicos, si bien el Gobierno de Bush cambió de opinión y decidió destinar la primera mitad de los fondos a entrar en el accionariado de los bancos. 

No obstante, esta medida no sólo no sirvió para restaurar el flujo del crédito, sino que dio a las entidades financieras dinero fresco con el que remunerar a sus accionistas y a sus directivos, lo que ha enfadado a la opinión publica y frustrado a los legisladores. 

Ahora, el Gobierno de Obama ha puesto todas sus esperanzas en la compra de los elementos tóxicos de los balances bancarios, una iniciativa que cuenta con una cierta complejidad y muchos riesgos. 

Del triunfo o fracaso del plan depende no sólo la salud del sistema financiero estadounidense, sino el futuro del propio Geithner, un joven profesional que dirigía hasta hace poco la Reserva Federal de Nueva York, y quien ya ha sufrido duras críticas por haber participado en la elaboración del plan de rescate de Bush. 

Varios senadores republicanos han pedido su dimisión. El propio Obama ha salido en defensa de su equipo económico y ha asegurado tener “completa confianza” en Geitnher.

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