El abandono educativo temprano produce un problema de fracaso escolar, laboral y económico. Las políticas que se han ido desarrollando en nuestro país para solucionarlo no han dado los resultados esperados. Además, la Unión Europea plantea como uno de sus objetivos para 2020 reducir el fracaso escolar y abandono educativo temprano tras no haber conseguido los objetivos marcados para 2010, instando a los Estados miembros a desarrollar medidas para su disminución, siendo España uno de los países europeos con peores resultados en este sentido.
Por ello, con el objetivo de conocer a fondo este hecho y establecer posibles vías de actuación para erradicarlo, desde la Universidad de Hueva ha llevado a cabo el estudio “Fracaso escolar y abandono educativo temprano en educación secundaria obligatoria. Un estudio integrado”, realizado por la doctoranda Auxiliadora Camacho Ruiz y dirigido por los profesores Francisco J. Pozuelos Estrada y Javier García Prieto.
Una de las principales evidencias que arroja la investigación es la complejidad que supone poder determinar con exactitud el panorama actual del fracaso escolar y abandono educativo temprano debido a la multitud de variables, agentes, escenarios, teorías, etc. que influyen en este fenómeno. Asimismo, tampoco existe acuerdo teórico en torno a los conceptos de fracaso escolar y abandono educativo temprano por parte de ninguno de los agentes que trabajan con estas realidades, lo que hace que los discursos y políticas que se proyectan tengan matices y objetivos diferenciados.
En relación a las causas, tampoco existe acuerdo de criterios, sin embargo, parece que “tanto la colaboración familiar como el esfuerzo personal del alumnado” se entienden como fundamentales para prevenir y/o provocar esta situación.
Cabe señalar que todos los centros analizados intentan solucionar la problemática y ofrecen una gran variedad de medias en este sentido. Algunas de ellas son las que la normativa marca de forma prescriptiva y otras presentan un carácter más innovador. En este sentido, según se puede constatar en el estudio, las medidas que mejores resultados ofrecen son aquellas que permiten flexibilizar el currículum adaptándolo a las casuísticas personales del alumnado. “Son los centros con equipos directivos decididos e implicados en la renovación pedagógica, la mejora de clima del centro y la conexión con el entorno los que mejores resultados obtienen tanto en rendimiento académico como en convivencia”. No obstante, no suelen existir en los centros mecanismos completos y de calidad de autoevaluación sobre la propia práctica para determinar la efectividad de unas u otras medidas de prevención.
La investigación también concluye que la mayoría de los obstáculos y limitaciones encontrados están relacionados fundamentalmente con la “falta de apoyo de la Administración y de la familia”, así como la “escasa motivación y esfuerzo por parte del alumnado”.
Como vías de actuación que se podrían poner en marcha para paliar esta situación, la presente investigación, tras los resultados obtenidos, propone en primer lugar conseguir un pacto de Estado en educación con participación equitativa de los agentes participantes, desarrollar un plan de formación integral y de calidad del profesorado y mejorar las condiciones en la educación actual en cuanto a ratios, recursos y horarios.
De igual forma, se plantea acabar con la dualidad educación pública-concertada, otorgar a la orientación el papel de mejora de la calidad educativa que requiere, desarrollar un currículum y sistema educativo flexible y fomentar la filosofía de Comunidades de Aprendizaje y Pedagogía Inclusiva como estrategia de éxito garantizado.