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Curioso Empedernido

Confianzas e inseguridades

A veces intentamos ganarnos nuestra autoestima a base de entrenarnos en dignidades con nosotros mismos y cordialidades con los demás

Publicado: 29/10/2020 ·
15:11
· Actualizado: 29/10/2020 · 15:11
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  • Juan Antonio Palacios. -
Autor

Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios es observador de la conducta humana, analista de la realidad y creador de personajes literarios

Curioso Empedernido

Curioso empedernido. Curioso de las tres pes, por psicología, la política y el periodismo, y alérgico a las fronteras y murallas

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Vivimos en una atmósfera de confianzas e inseguridades, entre vuelos en pájaros metálicos y ruedas que nos transportan a toda velocidad por caminos de peajes, en los que trasiegan otros vehículos que intentan llegar al destino antes que nosotros. A veces intentamos ganarnos nuestra autoestima a base de entrenarnos en dignidades con nosotros mismos y cordialidades con los demás.

Gestionamos como podemos nuestras emociones y vamos fabricando nuestras esperanzas, entre fortalezas y fragilidades, sin olvidar nuestros pasados, trabajando nuestros presentes e imaginando nuestros futuros, pero, como diría Machado, en sus Proverbios y cantares, que al volver la vista atrás, vemos la senda que nunca se ha de volver a pisar.

En nuestras inseguridades, nunca terminamos de saber si lo peor está por llegar, si las circunstancias pondrán a prueba nuestra capacidad de aguante en los tiempos más duros, nuestra inteligencia para aprender de nuestros errores, o si adoptaremos soluciones que siempre nos parecerán insuficientes y tardías.

Nos perderemos en un mar de desconfianzas e incredulidades, buscando donde nos encontraremos con los ángeles y los demonios, o si seremos capaces de resolver los dilemas y las encrucijadas, que nos hagan estar seguros de  quienes son  nuestros amigos y enemigos.

Entre enigmas y encrucijadas, podemos volver al lugar de dónde venimos o escaparnos hacia dónde nunca pensábamos llegar entre irrealidades y mentiras,  falsas noticias e influencias perversas que no nos aportan nada, buscando ser los primeros y terminando en la inutilidad de acabar siendo los últimos.

Toda decisión que tomamos, tiene sus perjudicados y beneficiados, sus obedientes y fieles seguidores, y sus rebeldes que no se pliegan a ningún tipo de norma o regla. Hemos de aceptar estas armonías y desequilibrios como propios de la condición y la naturaleza humana.

Tenemos  que conseguir ser de los que nos reímos y hacemos reír a los demás, de los que practicamos la discreción y la prudencia, de los que optamos por la buena frente a la mala educación, de los que preferimos ir por delante y no quedarnos atrás.

Nos damos cuenta que en tiempos de crisis sanitarias y peligros de enfermedades, si nos  protegemos  nosotros, nos defenderemos todos y el mejor medicamento, la vacuna más efectiva y la terapia más adecuada es nuestra propia responsabilidad.

Hay quienes cometen el gran error de estar todo el día buscando culpables y no aportar soluciones, son gente preocupada solo por sus intereses inmediatos, pero que no entienden nada de lo que pasa por delante de sus ojos y no son capaces de modificar la realidad, que no comprenden  como decía Saramago en su  Ensayo sobre la ceguera que;”En una epidemia no hay culpables. Todos son víctimas”

Volver al pasado entre regresiones y retrocesos, nos debe servir para alejar ciertos nubarrones emocionales y encontrarnos más a gusto, procurando no estresarnos y actuar con tranquilidad y sin nervios. No es necesario llevar una vida de clausura, pero tampoco es obligatorio estar permanentemente en una carrera sin fin.

Mantener la calma y confianza en nuestras opiniones y la seguridad en nuestras actuaciones, lograremos que las tormentas pasen sin que nos pillen sus consecuencias.

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