En estos días estamos contemplando la vorágine de tensión que se está produciendo en la política española a raíz de las próximas elecciones en la Comunidad Autónoma de Madrid. Les confieso respecto a esto que me produce asombro y pavor cómo se están produciendo los acontecimientos y cómo determinados partidos políticos están utilizando, desde mi punto de vista de una manera equivocada, dicha tensión.
Pues sí, a determinadas formaciones políticas les ha dado por crear una tensión de consecuencias imprevisibles. Sobre todo, por los extremos en nuestro país. Tanto extrema izquierda como la derecha se han enredado en cuestiones ajenas a los intereses generales de los españoles.
A mí particularmente me interesa la gestión que se realice de la pandemia que estamos viviendo a todos los niveles: sanitario, económico, social, etc. Esto es lo que realmente resulta necesario abordar. No estoy pendiente del fascismo que nuestra Constitución ya eliminó cuando fue aprobada y votada por los españoles pero, tampoco estoy pendiente de lo que puede costar el sostenimiento de los menores no acompañados en tanto que la legislación nacional e internacional obliga a ello sin ningún tipo de debate.
Esto es lo que realmente importa junto con una deseable estabilidad política. Miren, gracias a una convocatoria oportunista de la señora Ayuso en la Comunidad de Madrid al amparo de unas encuestas favorables ha abierto esta caja de pandora. Todo esto no hubiera sucedido si se hubiera dado tranquilidad, sosiego y estabilidad en un Gobierno de una Comunidad Autónoma que tenía estas características hasta el final de la legislatura.
Los políticos nos representan, defienden nuestros intereses. Los de todos. Los de ese paciente que está en la Unidad de Cuidados Intensivos de cualquier hospital, los de ese autónomo que ve complicada la vida de su negocio si siguen las restricciones de movilidad y de horarios, los de quienes están en las denominadas “colas del hambre”. Eso sólo puede garantizarse desde la responsabilidad de nuestros representantes públicos y desde una perspectiva de estabilidad en los gobiernos.
Les digo esto ante el insistente acoso mediático sobre posibles elecciones en Andalucía. Hay total estabilidad en el Gobierno de la Junta y creo que sería un auténtico disparate la convocatoria de unas elecciones con un resultado incierto desde un punto de vista económico, social y de gestión sanitaria de la pandemia.
Les hago una pregunta: ¿qué legitimidad tendría un gobierno en funciones para limitar la movilidad de los ciudadanos de su territorio o para establecer ese recorte de horarios?, ¿podría tener manos libres para tomar medidas desde un punto de vista sanitario?.
Por ello, espero que haya cordura a la hora de no adelantar las elecciones en Andalucía y que no nos dejemos llevar por esa ola de irresponsabilidad que los ciudadanos sensatos detestamos.
Elecciones cuando toquen y no cuando quieran los irresponsables extremos.
