Un rebaño de 1.500 ovejas merinas ha atravesado este miércoles la capital cordobesa en su camino trashumante desde Sierra Morena hasta la Campiña buscando los pastos de cereal y puntos de agua, este año condicionados por la sequía, situación que, de hecho, ha provocado el retraso de la trashumancia un mes y el traslado de unas 200 ovejas menos que en 2021, todo ello ante la previsión de agua que esperan encontrar.
Desde las 6,00 a las 12,00 horas, guiado por el pastor Felipe Molina y otros compañeros, el rebaño ha partido desde la zona de Sierra Morena en las inmediaciones de la capital y se dirige hacia uno de los extremos del término municipal, cerca ya de Guadalcázar, en la Campiña cordobesa, con una trashumancia de 40 kilómetros en dos jornadas.
Según explica a Europa Press el pastor, este miércoles han realizado la mitad del camino, a unos 20 kilómetros de la ciudad, ya en campo, en dirección sur, hacia los pastos de verano, de manera que "pasan el invierno en la Sierra, comiendo en el monte, y ahora en verano se pasan a la zona de cereal, donde ya se han realizado las cosechas".
En relación a la sequía, comenta que ha habido "un mal año de pastos", pero "al pastorear a mano con ellas, se les intenta buscar una finca que tenga más pastos y se las va moviendo, trashumando", aunque advierte de los puntos de agua, "porque hay problemas para darle de beber a los animales, con 1.500 ovejas, que beben todos los días casi diez litros cada una".
Así, apunta que "la Campiña es una zona ya de por sí muy pobre de agua y habrá problemas para suministrarles", de modo que "habrá que traer de un lado y de otro" el agua. Al respecto, señala que este año se ha retrasado la trashumancia por la sequía.
"Normalmente se sale a mediados de julio y este año es a mediados de agosto, precisamente porque sabemos que tenemos poca agua donde vamos a llegar y no hemos querido estar todo el mes de julio apurando el acuífero", relata Molian, quien agrega que "más vale sujetar un poco y aprovechar ahora algunos días menos de estar en el sitio".
En concreto, estarán un par de meses, con la intención de partir con las primeras tormentas de otoño, en la primera quincena de octubre, "que es cuando suele llover", remarca el pastor, para apostillar que "si no llueve, se alargará algo más" la estancia en la Campiña.
PREVENIR INCENDIOS Y SEMILLEAR
Entretanto, Felipe Molina explica que "se habla del uso de las ovejas para prevenir un poco los incendios", una labor que se realiza en invierno en las fincas de sierra, en torno a la ciudad, "donde pastan todo lo que pillan cerca del monte y la ciudad para evitar, no que arda, sino que el incendio sea menos virulento".
Asimismo, valora que "en el sitio donde están semillean, porque una oveja transporta unas 3.000 semillas diarias entre su estómago, la lana y las patas, donde se enganchan, y esas semillas las van dispersando sobre otras fincas", por lo que hacen como "un efecto abeja, que polinizan, en este caso semillean y van dando vida" en las vías pecuarias por las que pasan, entre otras labores que ensalza el pastor.