ABB ha decidido poner fin a su actividad de ensamblaje de interruptores de alta tensión en su factoría de Córdoba y ajustar el personal dedicado a la producción de transformadores, tanto en la fábrica cordobesa, como en la planta ubicada en Trapagaran (Vizcaya), lo que implicará un "ajuste" de plantilla en ambas factorías, de 49 trabajadores en la cordobesa y diez en la vizcaína.
Esta decisión, según ha informado ABB, "se toma como única vía para dotar de competitividad a la compañía, en un contexto de caída continuada de pedidos y precios provocada por los nuevos competidores del mercado y las políticas proteccionistas en varios mercados de exportación".
Así, según ha explicado la multinacional, "la entrada de nuevos competidores asiáticos de bajo coste, a través de una oferta comercial de precios agresiva y el fuerte proteccionismo que están implantando determinadas regiones de exportación, están provocando que la compañía asuma una estructura de costes sobredimensionada, que afecta directamente a su competitividad".
Estas áreas vienen atravesando una situación "desfavorable, con pérdidas recurrentes que se han tratado de atajar abordando tantas medidas como ha sido posible", como la "contención y reducción de costes, la optimización de recursos e incluso un aumento de la actividad de la línea de ensamblaje, con pedidos de nuevos mercados en el caso de los interruptores de alta tensión". Sin embargo, los resultados económicos "no han sido suficientes como para revertir este escenario".
Ante esta situación, la compañía ha tomado la decisión de finalizar la actividad de ensamblaje de interruptores de alta tensión en su planta de Córdoba, así como "la adecuación del personal dedicado a la producción de transformadores en los centros de Córdoba y Trapagaran a la situación actual de entrada de pedidos".
Esta medida afectará a un total de 59 puestos, 15 del ensamblaje de interruptores y 44 del negocio de transformadores, repartidos entre los centros de Córdoba y Trapagaran (Vizcaya). Esto supone un 14 por ciento de la plantilla de la fábrica de Córdoba y menos de un diez por ciento de la de Trapagaran, con la mencionada reducción de 49 y diez trabajadores, respectivamente.
Se trata de un proceso "absolutamente necesario para garantizar la competitividad" del negocio de ABB en España, que busca, en definitiva, "adecuar y optimizar sus procesos y estructuras para ser más competitivos y continuar ofreciendo un valor diferencial a sus clientes".
La compañía afronta este proceso, según ha afirmado, "desde el máximo respeto a sus profesionales y a sus representantes, y con la máxima voluntad de alcanzar un acuerdo beneficioso para todas las partes".