Las escasas lluvias de la primavera y el descenso del nivel de los embalses en los tres últimos años han dejado los pantanos cordobeses con algo más de 1.000 hectómetros cúbicos. Es el registro más bajo desde el año 2008 en los primeros días del verano, cuando almacenaban en torno a 940 hectómetros cúbicos y sin que estuviesen La Breña II ni el Arenoso.
Un año en el que la cuenca del Guadalquivir se encontraba en sequía, situación que se mantuvo hasta la llegada de las precipitaciones en diciembre del 2009.
Aunque la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir mantiene que el abastecimiento está garantizado durante los próximos tres años si se mantiene la actual situación, avisan que el otoño debe ser lluvioso para evitar una declaración de sequía ante el bajo nivel en el que se encuentran los embalses de la cuenca del Guadalquivir, que están al 37,5% de su capacidad y en situación de prealerta.
Sin embargo Sierra Boyera, Guadalmellato o Bembézar ya están en alerta y se nota en la regulación general. La cuenca del Guadalquivir en Córdoba acumula su tercer año hidrológico de descenso de los niveles de los embalses.