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Curioso Empedernido

Un largo camino

Convertirse en un buen profesional (...) es un largo camino que exige mucha preparación, esfuerzos y recursos

  • Juan Antonio Palacios. -

Convertirse en un buen profesional, no es algo que se consigue por arte de birlibirloque, como un humo mágico que sale de la lampara de Aladino o un chispazo de fortuna de un día para otro. Es un largo camino que exige mucha preparación, esfuerzos y recursos.

Tal vez la primera incógnita a resolver es si hemos elegido aquella actividad en la que nos sentimos a gusto y realizados, y en la que siempre estamos abiertos a aprender, sin quedarnos estancados pensando que ya lo sabemos todo.

En ese trayecto largo y duro para hacernos un buen profesional en aquello que hacemos, hemos de tomar conciencia de que la paciencia es una cualidad que nos permite tener dudas y hacernos preguntas, y por tanto tenemos la valentía de saber cuales son nuestros puntos débiles o que cambios hemos de realizar en nuestras vidas.

A veces este autoanálisis nos lleva o a continuar, o a romper con todo y nos reiniciarnos desde cero hacia nuevos objetivos, debe ser algo muy meditado y no caer en precipitaciones. En nuestra preparación hemos de dar pasos hacia adelante y plantearnos nuevos retos.

Decía Will Smitth, que “sólo aquellos que se atreven a sufrir grandes fracasos son capaces de conseguir grandes éxitos” En un mundo globalizado como el nuestro hay estudios hechos que llegan a la conclusión de que tan solo el 13% de los trabajadores son felices en el empleo que realizan.

Superar tensiones y problemas es una batalla que nos prepara como persona y como profesional,, recorrer el aprendizaje de la frustración nos enseña mucho más que morir de éxito, y no esperar que los resultados de nuestras tareas van a ser excelentes

Educarse es en la mayoría de las ocasiones tomar decisiones, equivocarse en muchas ocasiones y acertar en otras, pero con todas, haciendo el camino, paso a paso., para prepararnos en elaborar el mejor retrato de nosotros mismos

Hemos pasado en pocas décadas de una cultura oralista en la que nos preparábamos repitiendo y recitando a otra postdigital en la que todo lo hacemos a través de internet y las redes sociales, de una formación más humanista e integral a una más tecnológica y finalista.

No tener ningún miedo a preguntar a quienes saben de algo es un buen camino para aprender lo que necesitamos, a no encerrarnos en nosotros mismos, ni levantar muros y cortar los lazos con el resto del mundo, en lugar de adoptar una postura abierta que permita que la realidad pase a través de nosotros.

El recorrido de aprender y prepararnos para la vida ni es corto, ni es fácil, ni es sencillo, pero hemos de afrontarlo con ganas y un buen estado de ánimo con energía y fuerza y sabiendo mantener a raya las creencias negativas, sintiéndonos motivados sobre todo a la hora de tomar decisiones.

Para ello debemos conocer bien quienes somos y cómo aprendemos para sacarnos todo el partido como discípulos y revisando nuestra estrategia de aprendizaje incorporando los nuevos instrumentos que la actual sociedad nos ofrece, con un camino siempre abierto y flexible.

Pero aprendemos y nos preparamos con una finalidad, con la utilidad de ser capaces de rescatar el conocimiento o habilidad cuando lo necesitamos, ya sea un examen, una práctica o el desempeño de nuestras tareas. Además es un camino largo, porque es continuo, ya que nunca dejamos de formarnos, desde el estudio, la observación, la experiencia o la investigación.

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