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Curioso Empedernido

Paparruchas y majaderías

Tal vez las paparruchadas y majaderías, son las martingalas de los pamplinas, esos que no tienen ni zorra idea de nada pero pontifican sobre todo

  • Juan Antonio Palacios. -

Es bueno confiar en nosotros mismos porque es el principio de hacerlo en los demás, de construir o mantener un sistema de apoyo, de encontrar aliados en lugar de enemigos, pero sobre todo de reflexionar y no abonarse a las paparruchas y las majaderías, y estar más en la onda de las cosas serias y rigurosas.

Hemos de desarrollar nuestras rutinas y dediquémonos a nuestras aficiones y pasatiempos, y no instalarnos en pensamientos negativos, y planificar actividades diarias y verbalizarlas y ponerlas por escrito, reconociendo lo que merece la pena y aquello que son chorradas, que no nos llevan a ningún sitio.

Reconocer las señales de riesgo y los detonantes que nos presentan como bobalicones, por la cantidad de tonterías capaces de decir y hacer en el menor tiempo posible,, sin pretender forzar a nadie bajo ninguna amenaza ni manipulación.

Las redes sociales son muy útiles, pero es tal vez donde descubrimos mayor numero de bobadas y estupideces, en la que demasiados sujetos confunden el mundo real con el virtual, y elegimos o nos convertimos en dianas de nuestras atenciones y distracciones.

Si ante los chascarrillos y las martingalas, no actuamos a tiempo, solo terminaremos escuchando memeces y desatinos, en lugar de argumentar con cordura todo aquello en lo que creemos, en lo que somos capaces de responder de forma inmediata, mientras otros se dedican a limitar los derechos, sin ser capaces de resolver los problemas pendientes.

Con frecuencia nos encontramos con arrogantes que quieren contarnos historias increíbles, que tras una apariencia de parecer alguien importante son gente ignorante, que cuando abren la boca nos dejan pasmados, porque solo dicen paparruchadas y majaderías.

Los que nos llenan de trolas y patrañas son incapaces de ir más allá de tonterías y estupideces, de hacernos perder el tiempo en lo que no es importante pero nos lo maquillan de urgente. Especialistas en pronunciar discursos insustanciales con aires de trascendencia.

Nos encontramos con los cuentistas que quieren hacer también el trabajo de ilusionista, y entre naderías y palabras vacías, nos quieren hacer ver que lo que estamos viendo no es la realidad, y por tanto lo que tenemos delante de los ojos es una ficción que no tiene cuerpo ni consistencia.

Tal vez las paparruchadas y majaderías, son las martingalas de los pamplinas, esos que no tienen ni zorra idea de nada pero pontifican sobre todo, los se pasan el día realizando ustedes sobre lo que jamás tendrán ninguna experiencia, y aquellos que califican a todo el que encuentran sin escucharse unos instantes o mirarse al espejo.

Son tremendamente peligrosos los expertos en el “hay que hacer”, pero son incapaces de colocar el primer ladrillo y ponerse manos a la obra. Cansan y aburren al más paciente, porque saben de todo y no aprenden nada, de tal manera que cuando abren la boca, preparémonos a escuchar todo tipo de palabras y expresiones que ni ellos saben que significan y por tanto difícilmente serán capaces de comunicar algo.

Su ignorancia es de cátedra, pero en la balconada de batir récords, siempre serán los que digan más tonterías que nadie, sin hacer grandes esfuerzos, les salen y suelen poner la nota grosera e inconveniente en cualquier momento o situación.

Paparruchas y majaderías son una perdida de tiempo, una forma de perderse la cantidad de cosas interesantes que la vida nos ofrece.

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