El Lagun Aro GBC sumó su cuarta victoria en la Liga, ante el Blancos de Rueda, triunfo gestado a base del acierto en la línea de triples que le permitió marcharse en el marcador cuando más apretaba el conjunto vallisoletano.
Las dos únicas ventajas del equipo pucelano fueron en el inicio de partido (0-2 y 3-4) porque enseguida el quinteto vasco, consciente de lo mucho que se jugaba, se enchufó al partido y con Papamakarios como estilete comenzó a coger renta que fue de diez al final del primer cuarto.
El Blancos de Rueda despertó, pero era tarde porque a pesar del intercambio de canastas en el segundo cuarto, el Lagun Aro estaba muy bien en defensa y por fin presentó unos mecanismos interesantes en ataque para aguantar el envite e incrementar en tres puntos más su ventaja al descanso, con Doblas como dueño de ambas zonas.
En la segunda parte un triple anotado por un entonado Woods elevó la ventaja a 18, el Blancos de Rueda despertó y se enfundó el mono de trabajo para hacer bajar las distancias a guarismos remontables y así, al borde del final del tercer cuarto, una canasta de dos de Grimau metió en partido a los vallisoletanos que se pusieron a diez puntos (54-44).
El entrenador local, Sito Alonso, se había propuesto en los días previos frenar a la dupla que conforman Martín y Hunter, y lo logró a medias porque ambos fueron el sostén ofensivo de su equipo pero Blancos de Rueda no tuvo la aportación necesaria del resto de la plantilla.
Fueron, sin embargo, suficientes estos recursos para acercarse a sólo seis puntos y meter el miedo en el cuerpo al Lagun Aro, pero un tiempo muerto de Alonso desencadenó una reacción inmediata con triples de Finley, Papamakarios, Woods y Salgado que pusieron el 63-48 en el marcador, dejaron muerto a Valladolid y desencadenaron una fiesta en el graderío de Illumbe.
El conjunto de Roberto González se dejó ir en ese momento, el Lagun Aro jugó a gustarse y se puso por encima de los veinte puntos en el tramo final del partido para dejar el mismo visto para sentencia.