El Valencia se impuso (2-0) al Mallorca en un partido que jugó durante una hora con un hombre menos, en el que marcó sus dos goles en inferioridad, se mostró compacto, supo sufrir y, sobre todo, dejó a la vista las limitaciones de su rival, que deberá mejorar mucho para eludir el descenso.
Fue un partido marcado por la expulsión de Tino Costa, circunstancia a la que el Valencia se adaptó mejor que su rival, ya que no sólo impidió que el Mallorca se adueñara del juego, sino que fue capaz de marcar el ritmo del choque y resolverlo con un gol a balón parado y otro a la contra.
A ello se unieron las buenas paradas de Diego Alves y el derroche de energía de los locales, ante un rival al que más que el resultado puede hacerle mucho daño la forma de perder en Mestalla.
El partido se disputó a un gran ritmo desde el principio, ya que el Valencia necesitaba mejorar como local para acercarse a la zona de Liga de Campeones y al Mallorca, en puestos de descenso, no le quedaba más remedio que buscar la victoria.
En un encuentro de lucha, pero sin problemas, el árbitro marcó el ritmo del partido a base de tarjetas y fundamental fue la expulsión con roja directa al local Tino Costa a la media hora de juego, tras una patada a un rival.
Hasta entonces, el dominio había correspondido al Valencia, pero la mejor ocasión de gol fue para el Mallorca, en una jugada en la que el meta local Diego Alves desarboló una contra de Giovanni Dos Santos.
La expulsión de Tino Costa no fue la única adversidad para el Valencia en el primer periodo, ya que antes del descanso se lesionó Rami. Víctor Ruiz, que había entrado en la medular local por Bernat para ocupar la posición de Costa, tuvo que pasar a la defensa y Canales jugó por Rami.
En los minutos finales de la primera parte, el Mallorca no supo aprovechar su superioridad para adelantarse en el marcador, ante un Valencia cauto y que no quiso correr riesgos.
Tras el descanso, el Mallorca llevó la iniciativa en el juego frente a un Valencia ordenado en defensa que, con un 4-4-1, tenía en Soldado a su única referencia en ataque.
A medida que pasaban los minutos, el conjunto mallorquín se acercaba más a la meta valencianista, aunque sin precisión, mientras que el equipo local no le perdía la cara al partido y trataba de explotar sus contragolpes y las acciones a balón parado.
En una de ellas, a la salida de un córner en el minuto 60, Ricardo Costa cabeceó el 1-0, lo que no cambió la fisonomía del partido, ya que si antes del gol el Mallorca estaba forzado a buscar la victoria, mucho mayor era su obligación con el tanteador en contra.
El dominio pasó a ser del Mallorca ante un rival que cedió terreno con el objetivo primordial de mantener la ventaja hasta el final y, a ser posible, sorprender a la contra con un segundo gol.
El Valencia trataba de que sus posesiones fueran largas y el Mallorca no estaba cómodo con su rol de protagonista, aunque en un cabezazo de Casadejús, muy bien detenido por Diego Alves, pudo empatar el partido (m.74).
Sin embargo, una gran jugada de Parejo acabó con un buen pase a Soldado, que firmó el 2-0 en el momento en que más daño le podía hacer a su rival.
El gol fue un mazazo para el Mallorca, que no reaccionó. Aunque mantuvo el balón, fue el Valencia el que encontró espacios al contragolpe en un encuentro que ganó el equipo que más adversidades sufrió, pero también el que más creyó en la posibilidad de ganarlo.