El Obradoiro se convirtió en la bestia negra de Baskonia tras vencerlo por segunda vez esta temporada y romper su racha de doce victorias consecutivas tras el 84-70 logrado en el Fontes do Sar y haber provocado el despido de su anterior entrenador en el primer enfrentamiento de este curso.
Los locales tardaron tres minutos en meterse en el partido, con un triple de Pavel Pumprla, y en ese momento ya iban 0-5, tras un buen arranque del rival combinado con varias pérdidas en ataque que hicieron que el público se pusiese nervioso.
La distancia aumentó hasta los siete puntos (5-12, min. 5) gracias al acierto de Andrés Nocioni y de Fabien Heurtel a pesar de que los interiores pasaban desapercibidos mientras que el alero checo del Obradoiro y los hombres que juegan en la pintura intentaban recortar distancias.
Cada vez se ajustaba más el marcador según se acercaba el descanso, y un 2+1 de Levon Kendall dio la primera ventaja a los suyos (15-16, min. 8) que terminaron el cuarto por delante a pesar de que las sensaciones no eran todo lo buenas que podrían haber sido (19-18).
Robbie Hummel fue el hombre del Blusens Monbus en segundo periodo, pues con sus once puntos con 4/4 en tiros de dos y 1/1 en triples fue capaz de mantener a los suyos en el partido a pesar de que hubo otro jugador aún más acertado en el equipo rival, fue Maciej Lampe, con catorce tantos en esos diez minutos.
A pesar de los intentos del ala-pívot norteamericano del conjunto gallego, el Caja Laboral consiguió irse en el marcador en dos ocasiones por cuatro puntos de diferencia (32-36, min. 16 y 36-40, min. 18), cuando más problemas había en el rebote de los de casa.
Sin embargo, un balón mojado que llegó a las manos de Nemanja Bjelica dio pie a la remontada. La pelota se le escapó en una finta de tiro e hizo campo atrás. A partir de ahí una canasta de Pumprla, otra de Oriol Junyent y dos triples consecutivos de Alberto Corbacho hicieron un parcial de 10-0 que cambió mucho las cosas (46-40).
En el inicio de la segunda parte el parcial continuó hasta el 13-0 con otro lanzamiento exterior del alero mallorquín, aunque lo rompió en la jugada siguiente Milko Bjelica con una canasta que desatascó a su equipo, que volvió a creer en sus opciones.
Varias pérdidas y jugadas desacertadas fruto de las prisas y los nervios hicieron que los hombres de Zan Tabak se pusiesen a sólo cuatro puntos (53-49), aunque en este momento también llegó la precipitación del equipo visitante, que pudo haber recortado más la distancia, pero no lo logró en lo que sería su perdición.
Un nuevo parcial de 9-3 para el equipo de casa transformó la exigua distancia en una algo mayor y la victoria parecía más cercana al inicio del último periodo (63-55), en el que el Blusens Monbus empezó mucho más metido.
La calma impuesta en los ataques estáticos del conjunto compostelano era casi perfecta y la defensa era de tal calidad que, combinada con certeros y fugaces contraataques, amplió el margen hasta los diecisiete puntos (74-57, min. 34) cuando la victoria parecía que no se podía escapar.
Entre Nemanja Bjelica y Lampe consiguieron que en el 37 la diferencia fuera de diez tantos, pero era demasiado y con algún hombre, como Andrés Nocioni, más dedicado a la protesta que al juego el partido acabó por quedarse en casa (84-70).